19.2.20

Respuesta 15 : ¿DONDE COMIENZA A PRACTICAR YOGA FRENANDO ESTEVEZ GRIEGO?

Comienza a practicar yoga siendo un adolescente en Montevideo Uruguay


En sus propias palabras, Dharmachari Maitreyananda expresa: "Me acerque al yoga a muy temprana edad, tenía ocho años, pero lo hacía más como un deporte. A los 13 años comencé a ir a un centro de yoga de Shivapremananda en Montevideo a tomar algunas clases de yoga y hacia clases de yoga que daba el Maestro Genuth por televisión en Argentina. A esa edad sin darme cuenta comencé a leer y estudiar la filosofía del yoga y practicar meditación, gracias a dos tías abuelas mías, y mi abuela que me regalaron una enciclopedia y diccionario de hinduismo y orientalismo, un libro de Buda, el Tao te King, y así fui practicando cada tanto yoga. En ciertas ocasiones por mi corta edad, dejaba de ir al centro, incluso de hacer posturas de yoga en mi casa, luego volvía a ir para tomar algunas clases de yoga. Me gustaba mucho enganchar las posturas yoga poniendo música y seguir la respiración, realmente me divertía.

En el centro de yoga, en medio de hombres mayores de short blanco y camiseta blanca, de mujeres de negro con mayas negras y medias negras de lycra. Yo era por entonces un jovenzuelo que extravagantemente hacia yoga. Y de mas esta decirlo, las personas mayores me miraban con asombro. Pero luego al salir se dedicaba a otras cosas, y así dejaba de ir al centro, y hacia yoga en su casa. Luego hablaba con unos vecinos ingleses vivían al lado de mi casa en Montevideo, así fue como me comunique con la gente de Swami Asuri Kapila y hasta de Lobsang Rampa que había vivido en Uruguay, y claro está, otra vez volvía a ir a clases cada tango y así sucesivamente. Yo practicaba cien metros y atletismo, y había descubierto que la respiración, la concentración, las posturas y la relajación me servían muchísimo para practicar fútbol y atletismo. Creo que intente dejar de hacer yoga unas 30 veces, pero, la vida me hacia volver y volver. Desde los trece a los
18, fui a todos los centros de yoga, místicos y de sociedades secretas, místicas que existían. Cuando un maestro de yoga venía al Uruguay, yo iba a su conferencia y clases. Me compre todos los libros existentes de yoga, budismo, meditación, etc.
A los 18 años me apasione tanto con el yoga, y el budismo, pero tanto, tanto que el budismo y la meditación me hicieron sumergirme en ellos profundamente y formaron parte de mi vida para siempre.
Desde esa edad hasta los 19 años estudiaba preparatorios de medicina y psicología, me había recibido de apicultor, jugaba al fútbol, al fútbol de salón, era entrenador amateur, hacia atletismo, tenis de mesa y jugaba al ajedrez, estudiaba computación, me encantaba escribir poemas y ensayos, gane un premio de la sociedad de escritores e ingrese a trabajar en el Ministerio de Seguridad Social.
Tenía un buen cargo, pero yo seguía escribiendo a los 10 maestros mas importantes de yoga y budismo del Mundo, los que me invitaron a estudiar y hablar con ellos a países lejanos en distancia, pero cercanos a mis sentimientos. Las personas que hacían yoga en esa época, eran por aquel entonces catalogadas, de raras y místicas. Si una persona era médico o psicólogo estaba bien visto por la sociedad, si era escritor también, y si era un empleado del Ministerio de Seguridad Social, tenía un empleo seguro para toda la vida.
Mis dos países: Argentina y Uruguay estaban gobernados por dictaduras militares, el yoga estaba tan prohibido, como el estudio de la psicología, la libre reunión y la asociación de personas, y la libertad era tan escasa, pero tanto, que debía uno ir a buscarla a Europa o
América del Norte.  En esa edad uno tiene dudas, de que hacer en su vida.
Lo primero que tenía claro es que quería hacer cualquier cosa, menos ser un empleado público. Me negaba a vivir mi vida frente a una oficina llena de papeles. En aquel entonces los burócratas no eran esclavizados por los tecnócratas como sucede hoy en día, y la gente confundía trabajo con empleo, se pensaba que un empresario, no era aquel que hacia una empresa o gesta con mucha pasión, sino quien tenía un negocio porque contaba con dinero."
Agrega además que "Gracias al yoga aprendí que aunque uno no tenga empleo, trabajo hay siempre para hacer". Que aunque el falso Dios llamado Estado, no nos dé un empleo o planes sociales. El trabajo existe a cada momento, en cada instante de la vida, porque uno necesita trabajar tan solo para vivir, para limpiar su casa, para atender a sus hijos. Una madre pude no estar empleada pero trabajo seguramente tiene siempre. El yoga me enseñó que si uno trabaja en algo que le gusta, con pasión y entusiasmo. Y que eso, en lo que trabaja es su vocación, para lo cual nació, uno siente tanto placer, y tanta dicha, que no
puede fracasar. Porque si trabaja en lo que le gusta y aun encima de eso le pagan por hacer lo que a uno mas le gusta, la vida no solo fue generosa con uno. Sino que además uno va tener mas y mas de todo, porque prácticamente no necesita nada. Es feliz por el hecho de hacer lo que le gusta.    "Aprendí que si uno se jubila de su empleo o profesión, esto pasa porque no le gustaba lo que hacia, y no era su vocación". El que sigue su vocación nunca se jubila !!!   Me di cuenta que tenía mucho trabajo por delante, que debía hacer muchas cosas, y que yo debía crear mi propio empleo, tener mi propios alumnos, al margen del gobierno de turno, del país, del continente, o de la cultura en la cual vivía. Lo primero que hice fue plantearme lo que no quería. Yo no quería vivir mi vida como un empleado público, ni como empleado privado y quejarme de que el presidente de la república, no me subía el salario cada año.Así que renuncie. Y me di cuenta que mi vocación no era ser médico, ni psicólogo, ni profesor de educación física. Yo quería ser maestro de yoga. Yo quería estudiar con los mejores maestros del yoga, de ese momento y viajaría a donde fuera para cumplir mi pasión.   Tome muy pocas cosas para mi, porque la libertad no se alimenta de bienes materiales, y como no podía estudiar yoga en América del Sur por causa de las dictaduras, me fui a estudiar a Norteamérica, el Caribe, luego a Europa y por último a India.  "Aprendí que para viajar no se necesita dinero, si no ganas"  También aprendí que uno no puede irse del mundo sin saber como es.  Así que recorrí país tras país, ciudad tras ciudad, continente tras continente, cultura tras cultura, debiendo estudiar la historia y geografía de los países en que viví, y eso me obligó a estudiar ocho
idiomas, lo que le agradezco a la vida.  Dejé una profesión, por una vocación, dejé un empleo por un trabajo, y deje una oficina, para vivir la vida en cada rincón de la Tierra y poder viajar constantemente.Y hoy que no soy para nada aquel adolescente rebelde que quería cambiar el mundo, aquel muchacho lleno de ideales, que tomó esa resolución de cambiar su vida a pesar de no contar con nada para hacerlo. Hoy, que soy tan, pero tan diferente,que todas mis células y sentimientos son otros. Hoy que pienso distinto, hoy que siento de otra forma, que un montón de ideales se resquebrajaron para chocar contra la realidad y hacer otras verdades. Para aprender el Mundo en todas sus dimensiones. Hoy que me detengo, reflexiono, y se que he cambiado totalmente, y que no soy el mismo. Quiero agradecerle al adolescente que fui algún día, aquel que sus amigos llamaban Fer, a ese que se fue caminado por los caminos del yoga y del mundo, hasta poder transformarme en lo que soy ahora."


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