Definicion de Yoga, Yoga terapeutico y Yoga Wellness
La yogaterapia- el yoga terapéutico y el Yoga Wellness desde la vision de Dharmachari Maitreyananda-
Son
tres formas de encarar las diferentes técnicas de yoga con objetivos
diferentes. Hay que darnos cuenta que una cosa es en la práctica, y otra es lo que pueda llegar a ocurrir sea que una persona practique los tres.
Hay
que ver tres cosas que son importantes:
1- EL
REFERENTE es
el conjunto de técnicas que vamos a usar para algo, que puede ser una patología
o no
2-
EL FOCO
3- EL
OBJETIVO es lo
que podemos lograr con el yoga complementando con otra terapia.
Según el Maestro Dharmachari Mautreyananda-Fernando Estevez Griego, no podemos garantizar un resultado, porque si bien vamos a darlo todo, hay cosas que pueden escapar a nosotros. La yogaterapia tiene que tener un diagnóstico, el yoga terapéutico a veces no mira diagnóstico y el Wellness no lo necesita.
La Yogaterapia es una disciplina que no es Yoga, ya que no tiene los mismos objetivos que esta. La
realidad es que la yogaterapia no es medicina, no es psicoterapia, no es
ayurveda, ES TERAPIA ESPIRITUAL que utiliza técnicas psico-físicas, psico-
espirituales y somato-espirituales, buscando colaborar y complementarse con: La
medicina alopática, La medicina ayurvédica, La homeopatía, La psicoterapia, La
fisioterapia y otras terapias modernas para mejorar, restaurar y mantener la
salud integral del ser humano.
La Yogaterapia es un
camino que busca el principio de armonía de los tres planos del ser para lograr
una salud plena, integrando la vida interior con la naturaleza, la sociedad y
el universo. Tiene que trabajar en un campo donde no trabaje la medicina ni la
psicoterapia ni de la fisioterapia, por ende, no realiza diagnósticos clínicos,
no prescribe ni modifica tratamientos médicos o psicológicos, debiendo derivar
al profesional de la salud que corresponda en caso de detectar algún signo de
alarma.
Tecnicas utilizadas en la Yogaterapia
1.
La que la gente ve es la PSICOFISICA-
técnica corporal y mental, por ejemplo el ASANA, que se puede trabajar
físicamente para que tenga una actitud
mental y que genere algún tipo de cambio en el individuo, en el caso de la
yogaterapia de todas las técnicas psicofísicas la que mejor funcionan son el ASANA,
LOS PADAVIS Y EL VYAYAMA,
significando esto que la postura debe ser estática, los Padavis que son los
cambios articulares y el Vyayama como practica de ejercicios que buscan romper determinadas corazas
físicas que son causa de emociones o malestares negativos en el ser humano,
apuntan a romper las corazas mentales. .
2.
La Yogaterapia tiene otro tipo de
técnicas que utiliza que son las PSICO
GNOSTICAS, O PSICO-NOOLOGICA
que es mente-espíritu, un ejemplo de esto es la meditación, pero
ahora la que está más de moda, como técnica que es comprendida por la gente es
el MINDFULLNESS, a veces el vipassana, concentración, visualización
3.
La otra técnica es FISIO-NOOLOGICA que significa cuerpo-
espíritu directamente, ejemplo la DANZA, cuando no se piensa, el cuerpo está en
sintonía con el espíritu.
4.
La cuarta trabaja los tres planos al
mismo tiempo CUERPO-MENTE –ESPIRITU se
debería de usar todas las técnicas a la vez- asanas- músicas- mantras usado
para ejercer desde el sonido un estado de bienestar, significando que el
SAMGITA yoga (música) es FUNDAMENTAL en yogaterapia. En NADA YOGA (sonido interno) también es
fundamental y a esto le llamamos terapias de vibración (pueden entrar aquí, el
uso de los cuencos tibetanos, pero preferentemente los de cristal)
A
nivel general entre las técnicas utilizadas en Yogaterapia se encuentran:
· La respiración
consciente al aire libre: para desbloquear el plano vital y expandir la
presencia.
· La flexibilidad
asistida: que ayuda a liberar tensiones acumuladas en la memoria muscular.
· Masajes Abhyanga, Masajes:
como vía de contacto y rehumanización.
· Caminatas conscientes
y contemplativas: conexión con la tierra y la propia biografía.
· Ejercicios de
expresión emocional y sentimental.
· Momentos de silencio
reflexivo o contemplativo: espacio para que el espíritu se manifieste sin
mediación discursiva.
· Sankalpas
personalizados: afirmaciones enraizadas en el anhelo espiritual, no en metas
mentales.
· Mindfulness y Respiración Yoga, Yoga Nidra y Sama Yoga
En Yogaterapia se promueve la FLEXIBILIDAD, no la elongación ni el streching. Nosotros debemos observar al individuo y prestar atención a que le funcionen bien las articulaciones (rodilla y tobillo), en clase de yogaterapia se trabaja hasta donde la persona puede y de a poco, siempre es sobre una musculatura diferente. Primero las piernas por ejemplo trabajando las posibilidades de movimiento de la articulación del tobillo.
En Yogaterapia es muy importante trabajar con las POSICIONES. No se deben repetir en las clases las mismas posturas, se deben usar las posiciones para dar variedad.
El ARMA FUNDAMENTAL QUE TENEMOS EN YOGA TERAPIA SON LAS POSTURAS DE CARA. y las posturas de MANOS.Al no hacer posturas de manos y tener nuestras manos cerradas, desde el punto de vista psicológico estamos a la defensiva, entonces la ABERTURA en todas las posturas de manos que lleven los dedos hacia atrás son fundamentales. Se suele ver la postura de 90 grados de manos con los 4 dedos principales, pero se puede ir trabajando e a poco con cada uno de los dedos, aportando de esta manera flexibilidad a las manos, lo que delata el espíritu. Las manos cuando hacemos arte, la movilizamos en forma de garra no abierta- y ahí es a donde tenemos que apuntar. En lo ESPIRITUAL es muy importante trabajar con posturas de manos y de brazos en apertura para ayudar a liberar.
Se puede trabajar toda una clase con posturas de cara, adjuntándole trabajo con la respiración, por ejemplo. POSTURAS DE CARA- con ejercicios movilizando un lado y otro con contra posturas para trabajar los dos hemisferios. Ejercicios de ojos- tratak – trabajar las posiciones- incluso desde las manos
Segun el Dharmachari Maitreyananda -Fernando Estevez Griego ,el trabajo con la CARA, MANOS y PIES son la base de la yogaterapia.
Las MUKHASANAS o posturas de cara nos permiten cambiar los yoes y entonces puedes esto, ayudar a la liberación de las corazas (de cara) que mantienen a los yoes.
Cuando
estamos haciendo yogaterapia, por ejemplo, vamos a un hospital después de una
operación queremos darle ánimo a una persona, le damos Mukhasanas para que la
persona comience a tener procesos anabólicos, ya que de por si van a procesos
catabólicos que son mentales. La persona se va a conectar somáticamente con
distintos yoes y puede ser el empujoncito para sacarlo del pozo. Ahora bien, las
mukhasanas solas no ayudan, es decir, tienen que tener:
v
los
MUKHA-VYAYAMAS que son los
ejercicios de cara. En las caras por ejemplo también tenemos POSICIONES,
teniendo en lo posible que llegar a las 10 posiciones (pudiendo resultarnos más
simples hacer las primeras 5)
v
el
TRABAJO SOBRE LOS HEMISFERIOS- por
ejemplo, trabajar de un lado una cara, y otra bien diferente del otro lado.,
pudiendo tomarnos una clase de una hora, por ejemplo. Entonces empieza a ser
divertido de alguna manera, en una clase común sin ningún objetivo es yoga
terapéutico, pero en una clase de yogaterapia el objetivo es cambiar los yoes y
hacer reír a la persona para liberar el espíritu, es decir que no esté
reprimido por un yo. Liberar el espíritu significa, liberar las emociones, los
sentimientos, los afectos y las pasiones.
¿Cuál es la diferencia entre una POSTURA de cara y una POSE?
La
postura ya está establecida, es forzada; la POSE tiene que ver con un rol. Hay
diferentes poses de cara según el rol que estemos desempeñando- en el trabajo
tenemos una postura de…lo que tenemos que hacer. No tenemos la misma cara hacia
un familiar que hacia el trabajo, porque cambiamos de rol.
LA POSE es el rol más la emoción
circundante que puede cambiar en corto tiempo. La pose tiene que ver con el rol
que estemos cumpliendo en la sociedad o en un grupo, pareja, familia, etc, es
decir en relación a los demás. la pose refleja un tipo de rol y un tipo de YO
que tenemos (psicología de los yoes)
Un ROL es un yo social. Queremos ser
vistos de una forma determinada. El rol la mayoría de las veces TRAUMA la cara.
En cuando a las posturas se trabaja QUE NO SEAN SIMETRICAS. Es decir, posturas ASIMETRICAS, porque por naturaleza somos seres asimétricos. Y siempre cuesta trabajar más un lado que el otro. Lo otro importante son las SUBPOSICIONES, que trabajan aquellos campos de las posiciones que no trabajamos nunca.
Tenemos diferentes saludos, que son referentes, hay algunos que se usan en Yogaterapia y otros no. El primer saludo que se usa es el saludo del GATO- asanga (brazos) lombriz- caracol. Hoja- son terapéuticos- (sol- luna buda, no lo son)
Los ejercicios que son de respiración- uno de Pranayama y respiración que es el kapalabhati que tiene implícita la enseñanza del dominio del diafragma, de SACAR AIRE como lo principal, los cambios de tiempo en la respiración es lo que nos permite controlar la mente y que en los momentos de crisis poder controlarnos a nosotros mismos.
La RELAJACION es otra de las técnicas que se usan en Yogaterapia siempre y cuando no tengamos en una clase personas con depresión como FALTA DE MOTIVACION EN LA VIDA (por haber perdido un ser querido, por una circunstancia de algún tipo de perdida, por estar sin hacer nada en la vida)
MEDITACION O MINDFULLNESS – capacidad de adaptación, permitirnos disfrutar lo que tenemos y ver que utilidad le damos a eso.
El Yoga terapéutico
El yoga terapéutico
es una práctica del yoga moderno y científico (fisiología y anatomía) adaptado
a fines preventivos, correctivos o rehabilitativos buscando el bienestar
psicofísico espiritual y está orientado a reducir factores de riesgo y mejorar
la calidad de vida de las personas.
La practica de yoga terapéutico se realiza dentro de un
salón con clases individuales o grupales en un contexto yoguico. Tiene como
finalidad la Mejora funcional, prevención de dolencias, bienestar físico-mental -espiritual.
Utiliza técnicas dentro de las cuales están las asanas o posturas terapéuticas adaptadas, la respiración, relajación, meditación guiada.
Tiene como filosofía de base al Yoga
moderno, con apoyo científico (fisiología, anatomía). Apunta a la Prevención, rehabilitación,
alivio de síntomas
Yoga
Terapéutico es una adaptación del yoga moderno para el bienestar.
Yogaterapia
es una terapia holística que utiliza técnicas del yoga para acompañar la
sanación del cuerpo, la mente y el espíritu.
Caso: Persona con dolor crónico lumbar
Yoga Terapéutico: Le ofrecerá asanas restaurativas, fortalecimiento progresivo, respiración consciente, práctica adaptada a sus limitaciones.
Yogaterapia: Le propone caminar 30 minutos al aire libre, respiración dirigida en el entorno natural, el mismo trabajo de yoga terapéutico sumado a elongación asistida con terapeuta, masaje consciente, reflexión sobre el impacto emocional del dolor, y conexión con su anhelo espiritual profundo.
El Yoga Terapéutico es una modalidad preventiva y adaptativa del yoga mientras que la Yogaterapia es una terapia complementaria integral, con base psico-somato-espiritual, que usa técnicas del yoga.
Yoga Wellness o Wellness yoga
Yoga Wellness o Wellness yoga, es un Método de Yoga que no busca el Samadhi, tampoco el bodhi ni la última realidad de todas las cosas, se enfoca exclusivamente en lograr el Wellness , un estado de bienestar del ser humano, un bienestar psico- físico -espiritual, para eso utiliza todas las técnicas de yoga y es actualmente el tipo de yoga que practica la mayoría de practicantes, yoguis , porque la mayoría de la humanidad tiene como objetivo un estado de bienestar que está conformado por la armonía, el equilibrio, la paz interior y la felicidad
Desde
el punto de vista de la psicología el Wellness lo que busca es un estado de
bienestar, que la persona se sienta bien.
Aquellas personas que no se sienten bien es porque no están haciendo lo
que quieren, o porque no tiene los resultados que quiere tener por no
realizarlas acciones pertinentes. Como la realidad cambia, debemos de cambiar
nuestras acciones constantemente.
Y si lo que siempre hacemos, está mal, con la vida y la profesión, no podemos insistir. Tenemos que cambiar nuestras acciones. Por lo tanto, el Wellness indica que debemos de tener una disciplina en donde todos los días cambiamos las acciones que teníamos, lo que sería espiritualmente un SADHANA, acá se le llama RUTINA.
En el yoga Wellness SE TIENE QUE TONIFICAR, no solo trabajar en FLEXIBILIDAD. O sea que se pueden usar las mancuernas chiquitas para hacer un Namaskar, por ejemplo. El Wellness dice que todos los días de media hora a 45 minutos debemos de caminar, porque es una de las actividades que necesita el organismo para sentirse vivo. La yogaterapia no lo hace y el yoga terapéutico tampoco.
Podemos decir que el
yoga Wellness utiliza las técnicas psico-físicas-espirituales para lograr el
bienestar y generar cambios positivos
En yoga Wellness
tenemos las 8 dimensiones:
1)
La
dimensión MENTAL o intelectual
2)
La
ESPIRITUAL
3) La FÍSICA
En yoga Wellness se toma la relación con nosotros mismos desde lo psicofísico espiritual, pero se preocupa en las dimensiones de nuestro ser hacia AFUERA
4)
La
dimensión SOCIAL – el trabajar para que socialmente estemos integrados a
través de determinadas técnicas
5)
La
dimensión AMBIENTAL- con el entorno
6)
La
dimensión OCUPACIONAL – en que ocupamos nuestro tiempo- usarlo a nuestro
favor
7)
Dimensión
FINANCIERA- vivir amablemente con la vida. la mayoría de los trabajos de
yoga fracaso porque no se trabajaba la cara- desde la visión de la yogaterapia
y Wellness la cara es lo principal.
8)
Dimensión
ESPIRITUAL Los cambios que se dan al usar las posturas de caras es hacer que
cambie la respuesta de reflejos condicionados. Determinadas caras nos dan un
reflejo que nos condicionan la emoción que vamos a tener- zaping de
posturas de cara rompen emociones para ir a otras, a más zaping mas cambio de
emoción
En yogaterapia caminamos para encontrar la armonía de nuestro cuerpo, en yoga Wellness lo hacemos para sentir una sensación de bienestar, es diferente, CAMBIA EL OBJETIVO
Según los yoga Sutras de Dharmachari Maitreyananda, para practicar el Wellness Yoga sus técnicas son: hacer ejercicio, Consumir jugos naturales y agua mineral- consumir comida sana, tratando de evitar los alimentos procesados, harinas y azucares – hacerse masajes -practica de posturas estáticas, Practica de Svasan Yoga o Yoga de la Respiración, Tomar baños de inmersión, concurrir a saunas, practica de Sama Yoga o Yoga de la Relajación- Practica de Contemplación- Reflexión- Atención- Concentración- -Introspección - Meditación.
Visión de Maitreyananda- Fernando Estévez Griego de la Yogaterapia
Tiene una vision sobre abordar
integralmente todos los planos del ser humano, considera que la Yogaterapia no
es yoga, sino una terapia espiritual que basa sus fundamentos en un concepto de
unidad triplanica del ser humano
con una interrelación entre el cuerpo, mente y espíritu.
A través del Cuerpo, accionamos, hacemos, experimentamos la
vida por medio de cada sentido que desarrollamos. Por medio del cuerpo somos
capaces de registrar las consecuencias de los desequilibrios mentales y
emocionales a los que podemos estar expuestos en el transcurrir de nuestra vida
Es por esto que la Yogaterapia busca
liberar cualquier bloqueo somático que impide fluir libremente al ser,
utilizando técnicas posturales, respiratorias, masajes y trabajos de
flexibilidad
La Mente
está definida por sus funciones cognitivas, discursivas, proyectivas y racionales.
Se mueve en el tiempo avanzando o retrocediendo, imaginando, comparando y
analizando
Cuando se
refiere al espíritu, lo define como el conjunto de sentimientos,
emociones, pasiones, afectos y anhelos y no como una manifestación de índole
religiosa. Vive y se manifiesta en el momento presente, no calcula, no recuerda
el pasado o el futuro.
Cuando amamos o sufrimos, nos conmovemos o
vibramos con sentido, es el espíritu quien se expresa
La Yogaterapia se
diferencia del enfoque biomédico y psicológico al proponer una visión integrada
del cuerpo- mente y espíritu, no se encarga de curar el cuerpo, no se encarga
de abordar por si misma la curación de aspectos psicológicos, sino que existe
como herramienta COMPLEMENTARIA para acompañar tratamientos médicos a través
del uso de técnicas psico físicas espirituales, ya mencionadas.
El enfoque biomédico trata
enfermedades, trastornos o desequilibrios desde lo biológico y patológico,
mediante el uso de medicamentos o procedimientos clínicos. Se basa en modelos
científicos, considerando el cuerpo como una estructura biológica que puede
funcionar mal, y puede no llegar a considerar el impacto del comportamiento o
las emociones.
El enfoque
Psicológico va a buscar como objetivo entender y tratar los problemas de
salud mental, del comportamiento, y el análisis de las emociones, buscando
comprender como interactúan los pensamientos, las emociones y las conductas sin
profundizar en causas físicas subyacentes.
Para la
Yogaterapia
es importante mantener una armonía entre lo que pensamos (mente), sentimos (espíritu)
y lo que hacemos (actuar a través del cuerpo), ya que las enfermedades,
desequilibrios o desarmonías surgen cuando estas dimensiones se desequilibran y
la Yogaterapia busca
armonizarlas, integrarlas y restablecer al individuo a su unidad natural
DIMENSIONES DE LA YOGATERAPIA
Dimensión espiritual
La Yogaterapia busca
desarrollar las inteligencia espiritual que busca expresarse a través de 5
aspectos:
·
la inteligencia emocional
como capacidad de reconocer nuestras emociones y evitar las emociones negativas.
es aprender a cambiar una emoción por otra emoción similar entendiendo que la
emoción es de corta duración
·
la inteligencia afectiva,
es la capacidad de vincularnos con los demás sin que nos afecte lo que los demás
sienten.
·
La inteligencia pasional
es la capacidad para frenar los ataques pasionales que tenemos que nos pueden
llevar a una conducta de peligro sobre todo hay que tener cuidado con los
adolescentes, ya que tienen pasiones que son sentimientos vehementes en los que
no media la razón.
·
La inteligencia sentimental es
aprender a elegir los sentimientos sin anclarnos en algo que tenemos que tener,
entendiendo que necesitamos gestionar nuestra energía, entonces los
sentimientos positivos nos nutren, los sentimientos negativos como la venganza,
la ira, el odio nos negativizan y nos generan un problema psicosomático. La
gente no quiere problemas y no quiere conflictos
·
La inteligencia de anhelos. Hay que dividir el deseo, la necesidad, Freud
lo hizo al final de su vida, la necesidad es de orden físico, como por ejemplo
el hambre la sed, como impulso gregario del ser humano, las necesidades son
físicas, se manifiestan para subsistir, en cambio el deseo es mental; el
anhelo es diferente es la realización intima de una energía espiritual que esta
atesorada en su interior. Hay que
ver cuáles son nuestros anhelos.
Cada persona es única
en su forma de manifestar la inteligencia espiritual y desarrollar o no cada
una de sus inteligencias que la conforman, ya que no todas las personas las tienen
desarrolladas por igual. Es por esto que la Yogaterapia busca estimular,
equilibrar y activar aquellas que están dormidas o en desequilibrio.
Para la Yogaterapia
una persona puede estar sana físicamente y mentalmente equilibrada, pero si no
logra armonía espiritual consigo misma y su entorno a través del dominio de
cada una de las inteligencias espirituales, no puede considerarse saludable. La plenitud interior, el sentido de vida, la
conexión del espíritu con la naturaleza, la sociedad y el universo están
incluidas dentro de la salud integral.
La Yogaterapia con su visión triplanica, ve al ser humano como un espíritu que posee una mente y un cuerpo. El cuerpo está relacionado con lo material, con la tierra y con la naturaleza. Muchas personas creen que dentro de nosotros hay un espíritu y que nosotros somos una mente y un cuerpo, algunos tienen una visión somática, otros tienen una visión psicosomática y otros tienen una visión, como decía el Dr. Frank psico física espiritual. De esto se comprende que el espíritu no está dentro de nosotros, sino que nosotros estamos dentro de nuestro espíritu, en otras palabras, dentro de nuestro espíritu esta la mente y el cuerpo.
La mente esta para entender y vivir en el mundo y
el cuerpo esta para entender y vivir en la tierra, que no son la misma cosa. La
tierra tiene una ley, lo que nosotros llamamos naturaleza, y el mundo tiene
leyes impuestas por los seres humanos, que en definitiva son creencias propias
del ser humano, que no comparten la mayoría de los animales. El mundo, esta
generado por nuestros deseos, y la tierra es un término que refiere a la madre
tierra en sí, pensado como un organismo, en donde sobre ella estamos nosotros,
pero dependientes de ella.
Nuestro cuerpo es un
vehículo, para transitar la tierra y nuestra mente es un vehículo para
transitar el mundo, y las construcciones culturales de la sociedad, de ahí que
tierra y mundo no son lo mismo.
Hoy sufrimos porque confundimos el mundo con la tierra. Esto lo planteo Siddhartha Gautama, conocido como buda. Esta persona se preocupó del sufrimiento y genero una base terapéutica con el sufrimiento, es ahí que logra separar el concepto de que SUFRIMIENTO Y DOLOR son la misma cosa. El dolor es físico, el sufrimiento es espiritual. El veía que los médicos trabajaban sobre el dolor, pero no sobre el sufrimiento. Los médicos pueden darle un tratamiento psicoterapéutico, una medicina para que la persona mejore, pero lo más importante en la parte espiritual, es saber cuál es la causa del sufrimiento. Es espíritu constituye el centro de la vida consciente y trascendente.
Principio de salud espiritual
Coincido con la afirmación “sin armonía espiritual no hay salud plena” . ya que uno esta saludable si tenemos un bienestar físico y mental, pero si también somos felices. Si una persona está bien físicamente, está bien mentalmente, pero tiene angustia, padece depresión, tiene tristeza, se considera que la persona no está sana. Por lo que, la base de estar sano es ser una persona feliz, o al menos estar en un nivel anterior que sería el estado de armonía.
La salud plena
involucra un estado de plenitud interior, por eso es importante poder identificar
cual es el sentido de nuestra vida, vibrar en conexión con la naturaleza, la
sociedad y hasta con el universo. Para la Yogaterapia la salud plena se logra a
través de la armonía triplanica del ser tomando al espíritu como centro que
orienta a los otros dos planos, ya que, sin él, queda incompleta la salud. Es
por esto que la Yogaterapia no se limita solo a técnicas psicofísicas, sino que
incluye recursos de inteligencia espiritual, meditación, atención plena y
prácticas de integración con la naturaleza y la vida en comunidad.
Empezaría una clase
de Yogaterapia por lo corporal, como una forma de romper los bloqueos que hay,
trabajando la musculatura, las articulaciones, pero siempre buscando un cambio
emocional. La movilización de la columna vertebral a través de algún Namaskar o
Vyayama por ejemplo, sería un comienzo para empezar a movilizar la zona de
somatización espiritual pero también para que la mente preste atención a lo que
el cuerpo realiza y luego buscaría trabajar con las posturas de cara, y también de manos para lograr un cambio
energético, en positivo, por eso la intención es ir relajando y aflojando a la
persona para que su energía fluya
entonces así, la persona siente una sensación de liberación.
Dimensión terapéutica
La Yogaterapia emplea técnicas trifásicas, psicofísicas, somatonoústicas y psiconoústicas, es decir, prácticas que integran mente y cuerpo, cuerpo y espíritu, y mente y espíritu, proponiendo un abordaje integral en el que la salud es equilibrio dinámico en todas las dimensiones del ser.
La Yogaterapia aplica
de manera integrada:
a) Técnicas psicofísicas:
a través de la práctica de posturas, respiración y relajación.
b) Técnicas psiconoústicas:
a través de la práctica de meditación, concentración y atención plena.
c) Técnicas somatonoústicas:
que apuntan al desbloqueo corporal, la danza, coreografías y desbloqueo
sentimental y emocional.
d) Técnicas trifásicas: prácticas de armonización
simultánea de cuerpo, mente y espíritu.
El profesor o Master de Yogaterapia es aquel que brinda una clase, que apunta a lo ESPIRITUAL, para que las personas SE SIENTAN MEJOR.
o No sirven las técnicas psico-físicas,
si no tienen como resultado un vector espiritual.
o
Lo psico-espiritual tienen un vector
que es lo corporal
o
Lo corporal y espiritual tiene un
vector que es lo mental.
Nosotros usamos las tres técnicas, la danza por
ejemplo es espiritual y corporal y que es lo que calma la mente.
Los ámbitos de aplicación de la Yogaterapia pueden aplicarse en:
a) Prevención
de enfermedades mediante el fortalecimiento del sistema inmunológico y el
manejo del estrés.
b) Tratamiento
complementario en enfermedades psicosomáticas, crónicas y funcionales.
c)
Acompañamiento en ansiedad, depresión, traumas y bloqueos afectivos.
d) Desarrollo
espiritual mediante la práctica de la inteligencia espiritual y la búsqueda de
plenitud interior.
Por ejemplo, en una persona con Ataques de pánico: su mente suele viajar al futuro que nunca llega, que como mamífero tiene dos respuestas: atacar o huir, en donde se produce un cambio mental o físico generando una respuesta que es el pánico. Cuando una persona está en pánico, el espíritu ataca a la mente que es la que tiene a la persona atada a cosas que no quiere, para eso corporalmente se paralizan las piernas, en este caso hay que lograr hacer un cambio de respiración, por ende, se tiene que lograr que la persona pueda enfocarse, prestar atención y practicar respiración.
Hay distintos tipos
de ataque de pánico, pero generalmente tienden a inmovilizar a la persona, de
ahí es que surge la propuesta que frente a un ataque de pánico la persona se
puede movilizar, a través de una caminata consciente, o lograr un cambio
respiratorio. Toda persona que tiene ataques de pánico debería DESCUBRIR que es
lo que quiere hacer de su vida, cuál es su razón de vivir. Como trabajo en yoga habría que hacerle
practicar las 9 respiraciones, mucho el Kapalabhati y explicarle que a través
de la meditación descubra cuáles son sus anhelos espirituales.
En casos de DEPRESION una de las cosas fundamentales es cambiar de
entorno. Evitar yoga Nidra, sama yoga, no dar técnicas de relajación y no dar
clase muy estática, en definitiva, apuntar a lo dinámico, a crear incluso
cambios respiratorios. Tener mascotas también ayuda un montón. Existe Yogaterapia para varias cosas como, por
ejemplo:
·
Yogaterapia
para diabético
·
Asmático
·
Obesidad
·
Cardiaco
Desde el Namaskar del gato podemos trabajar todo el cuerpo.
Asanga Namaskar no es igual que saludo de brazos- ambos permiten trabajar el tren superior en flexibilidad y fuerza (sosteniendo) siendo muy beneficioso para trabajar las corazas emocionales que más enfoque tiene sobre nuestros sentimientos y emociones. Se pueden agregar mancuernas en estos saludos, pero en yoga Wellness.
DIFERENCIA ENTRE EL ASANGA NAMASKAR Y EL SALUDO DE HOMBROS
EL asanga Namaskar esta originado en los saludos
a KA (prana ki de egipcios) ESTA BASADO EN Asanga que es el padre de la
psicología en yoga y en budismo y padre de la escuela YOGA ACHARA-
Ø
La base del asanga es abrir los
pectorales para romper todas las corazas emocionales (sacar el pecho como el gorila cuando ataca) se
enfoca en los hombros. El asanga Namaskar busca DESCOMPRIMIR lo emocional-
sentimental para que tenga una influencia psicológica
Ø
El Saludo de brazos, tiene todas las
posturas de brazos y sus posiciones.
El saludo de brazo lo que busca es la flexibilidad del brazo, no del hombro,
entra en acción el codo y la muñeca también.
Marco Etico dentro de La Yogaterapia
Se fundamenta en el respeto absoluto por la dignidad del ser humano como espíritu encarnado. Tiene principios que son:
a) el respeto y cuidado de la persona.
b) como profesional, tener un carácter no
invasivo y no violento.
c) Confidencialidad y acompañamiento
compasivo.
d) Rechazo al
dogmatismo y a toda forma de manipulación religiosa o política.
Primero que nada, debemos aclarar que hay dos tipos de roles a ocupar en cuanto a la aplicación de la Yogaterapia:
Por un lado, tenemos al Yoga Terapeuta, que es un profesional de la salud
especializado, con capacidad de diagnosticar y que tiene una visión holística y
herramientas profundas para intervenir terapéuticamente desde una visión
triplánica del ser humano.
Por otra parte, está el profesor de Yogaterapia, Su función no es curar, sino prevenir dolencias, acompañar procesos funcionales y educar al practicante en el autocuidado físico, mental y emocional. No diagnostica, sino que es un facilitador de prácticas complementarias del yoga, con capacidad de adaptación y acompañamiento, pero sin competencias clínicas directas por lo que deberá trabajar en conjunto colaborando con equipos médicos (en áreas de la medicina- fisiatría- psicología)
Ambos roles son valiosos y necesarios, pero
deben distinguirse claramente para garantizar rigurosidad, ética profesional y
trabajo en red.
· Desde
el rol como Profesor de Yogaterapia lo primero que debemos tener presente es la
necesidad de contar con el diagnóstico médico para poder visualizar como
trabajar con la persona que llega a nosotros
· Limitaciones- poder ser capaces de
establecer y respetar nuestra implicancia, sosteniendo límites claros de acción
acorde a nuestro Rol como profesional de Yogaterapia, derivando cuando sea
pertinente a un profesional del área de salud que corresponda, considerando que
la Yogaterapia, por su carácter holístico, puede colaborar y complementarse
con: a) La medicina alopática. b) La medicina ayurvédica. c) La homeopatía. d)
La psicoterapia. e) La fisioterapia y otras terapias modernas. Sabemos que la Yogaterapia no sustituye a la
medicina convencional ni a otras terapias científicas, sino que las
complementa, ofreciendo un abordaje espiritual y psicosomático que enriquece el
tratamiento integral del ser humano
· Ser
respetuosos en el trato con la persona que llega a nosotros, mantener la
Confidencialidad frente a la patología que presente- sin juzgar, ser compasivos
y tratar de orientarnos a asistir a mejorar la calidad de vida del individuo
·
Establecer
cuáles son los OBJETIVOS y METAS a trabajar desde nuestro lugar
· Elaborar
y establecer desde la Yogaterapia, una rutina de trabajo con las posibles
técnicas a aplicar, en coordinación y participación directa con el profesional
de salud a cargo del tratamiento de la persona, para evaluar la viabilidad de
la rutina a establecer y abrirnos a intercambiar opiniones respetando cada rol
en función de aportar el mayor beneficio a la persona.
· No
manipulación- no invasión- tener presente siempre que cada persona posee una
forma de realizar o poner en acción las técnicas de yoga que nosotros dictemos,
pero a su manera, realizando lo que puede hasta donde puede. Es importante
indicarle que no se sobre exija en el accionar. No debemos presionar, forzar o
manipular a la persona a que llegue o logre algo, sino ayudarlo a que pueda
prestarle atención a su cuerpo y que logre aprender a registrarlo, a escucharlo
para que pueda sentirse cómodo con lo que hace.
Historia de la Psicologia del Yoga y su influencia en la Yogaterapia
Psicología de los Yoga Sūtras de Patanjali por Maitreyananda-Fernando Estevez Griego
1. Modelo de la mente (Citta)
A. Manas: es la mente sensorial, que recibe
impresiones.
B. Ahaṃkāra: el sentido del yo, que
apropia las experiencias.
C. Buddhi: la inteligencia discriminativa, capaz
de discernir lo real de lo ilusorio
Lo último es el Buddhi, viéndolo en Patanjali, la parte de la inteligencia
discriminativa por lo tanto al intelecto, O la mente racional capaz de
discernir lo que es ilusorio o maya de lo irreal
Los
Vṛttis o fluctuaciones
mentales
A.
Conocimiento correcto (pramāṇa).
B. Conocimiento erróneo (viparyaya).
C. Imaginación (vikalpa).
D. Sueño (nidra).
E. Memoria
(smṛti)
Lo que nos impide ser feliz y actuar correctamente
Es el viparyaya o conocimiento
erróneo. Lo que nosotros generamos a través del conocimiento erróneo o no es el
Vikalpa que es la imaginación. La
mayor parte de nuestra vida nos imaginamos cosas y vivimos una irrealidad.
Después está el sueño que es Nidra y
la memoria que es el Smrtti que
vemos como una parte de la caja de memoria de nuestra mente, que sabemos que
esta la memoria a corto, mediano y larga duración.
A. Avidyā (ignorancia).
B. Asmitā (egoísmo, falsa identificación).
C. Rāga (apego).
D. Dveṣa (aversión).
E. Abhiniveśa (miedo a la muerte, apego a la
vida).
· el primer Kleśa es el AVIDYA o ignorancia, a veces utilizamos la palabra porque ignoramos ciertas cosas;
·
el segundo Kleśas es el ASMITHA que es cuando somos egoístas,
porque pensamos que podemos hacer solos de todo, sin entender que tenemos una
motivación que es gregaria porque la mayoría de las personas vivimos y nos
hemos criado en familia, en donde lo importante para ser humano es la egregora
que es esa fuerza espiritual que nace de un grupo que está haciendo lo mismo.
Nosotros nos identificamos como que somos algo, sin entender en relación a los
demás siendo un grave error, que los demás nos sustentan, no somos nosotros.
·
Después está el termino RAGA – que quiere decir apego- cuando
nos apegamos demasiado a una cosa, perdemos la libertad.
·
Otro termino es DVESA es la aversión que tenemos a determinadas cosas, sin saber en
realidad como son. El problema aquí son los preconceptos. Por ejemplo, cuando
adoptamos un sistema de creencias para justificar la conducta, pero tiene
creencias, no sabe y lo importante en la vida es saber, no creer. Y este
es uno de ellos principios que se usa en YOGATERAPIA, procurar que la persona
sepa, en lugar de que crea.
·
ABHINIVESA-
es el miedo a la muerte o apego profundo a la vida creyendo que nunca nos vamos
a morir.
Procesos de
transformación psicológica
A.
Abhyāsa: práctica constante.
B.
Vairāgya: desapego.
C.
Kriyā Yoga: disciplina, estudio interior y entrega.
D.
Aṣṭāṅga
Yoga: ocho miembros como pedagogía de autorregulación
Patanjali
dice que la forma correcta de hacer terapia, sería hacer ABHYASA, practica constante con entrenamiento basado en la
repetición y la constancia.
Desarrollar el VAIRAGYA o desapego. Es una Técnica cognitiva de desaprender,
soltar apegos y entrenar la mente para soltar, tener una disciplina interna
fuerte o KRIYA yoga y seguir una pedagogía
de auto regulación que sería el Ashtanga
yoga de los 8 pasos
Estados de conciencia
A.
Samādhi con objeto (absorción en algo concreto).
B. Samādhi sin objeto (absorción más sutil).
C. Nirbīja Samādhi (estado sin semillas
mentales, silencio total).
Habla
de estado de conciencia, aunque Maitreyananda prefiere usar el termino ESTADOS
DE LA MENTE, entre los cuales habla del Samadhi por objeto en donde miramos
algún objeto; el samadhi sin objeto, sin soporte en donde entramos al estado
después de hacer Dhyana y dharana, concentración y por ultimo habla del Nirbija
samadhi que sería un estado de absoluta calma
y silencio total en donde no hay absolutamente nada y se llega
directamente al samadhi; y ahí se queda el yoga de Patanjali y su terapia.
Psicología aplicada
A.
Atención plena y concentración (dharāṇā, dhyāna).
B.
Pratipakṣa-bhāvanam:
sustituir un pensamiento negativo por su opuesto. sustituir pensamientos
negativos por positivos. Similar a la terapia cognitiva moderna: ante ira,
cultivar compasión; ante odio, cultivar amor
C.
Reflexión sobre el dolor y la impermanencia (heyam duḥkham
anāgatam,
Toma
del budismo técnicas como la ATENCIÓN
PLENA cuando hace concentración (dharana
y Dhyana) y hace la práctica de pensar lo opuesto a cosas negativas, la
reflexión sobre lo impermanente y el sufrimiento; y después hay ciertos aportes
que hizo a la psicología moderna y a la yogaterapia como es la LIBERACION con
el kalvalia, cierta visión
introspectiva que después fue desarrollada por William James con la INTROSPECCION Y el desarrollo de una
psicología preventiva o psicoterapia preventiva que sería tener buenos hábitos
en hábitos disciplinarios y éticos que van de la mano con los yamas y niyamas ( transformar conductas
destructivas en positivas y constructivas). que habla de la impermanencia
tambien. Este es el planteo básico que hace Patanjali que Maitreyananda
desarrolla en su libro.
Se puede decir que
como herramienta de regulación emocional y energética tenemos el Prāṇāyāma:
control de la respiración, que ayuda a entrenar el manejo psicofisiológico del
sistema nervioso, reduciendo la ansiedad y estabilizando las emociones que
habla de la impermanencia tambien. Este es el planteo básico que hace Patanjali
que Maitreyananda desarrolla en su libro. Tapas:
disciplina y esfuerzo -Técnica de autocontrol y tolerancia a la incomodidad
para fortalecer resiliencia.
Budismo:
dukha y terapia de la mente.
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
Citta:
que es la Mente como flujo dinámico de percepciones, pensamientos y emociones.
Mano:
la mente pensante que organiza la experiencia sensorial.
Vignāna: la conciencia de cada uno de los seis sentidos (vista, oído, olfato, gusto, tacto y mente). El encuentra 3 problemas que generan dukkha, que es el sufrimiento, la insatisfacción o la incompletitud existencial
·
EL Avijjā (ignorancia): no ver la realidad tal como es.
·
Taṇhā
(sed o deseo): aferramiento a lo placentero y rechazo de lo doloroso.
·
Upādāna
(apego): fijación rígida de identidad y de objetos.
Buda habla de los
cinco agregados (pañcakkhandha):
forma, sensación, percepción, formaciones mentales y conciencia. El Buda enseña
que la persona no es un yo fijo, sino una combinación de estos procesos en
constante cambio.
El dice que tenemos
tanto emociones como pensamientos porque tenemos samskaras que son las formaciones condicionadas por lo que nosotros
creemos que serían las impresiones. que surgen y desaparecen según causas y
condiciones.
Ahora, nosotros
tenemos que ver, que todo esto cuando estamos meditando es causa de ANIKA O impermanencia y que todo esto
es ANATA o sea nosotros nos
identificamos, pero al identificarnos con algo quedamos como demorados en el
tiempo cuando no tomamos consciencia de que, si el tiempo pasa, vamos otra vez
a ANIKA, es impermanente todo. Mirando la
impermanencia a veces, pensamos que llegamos a algo y eso se derrumba.
El budismo entonces
hace un trabajo que ahora está de moda que es el SATTIPATHANA -sattismriti que es el MINDFULNESS – dice que cuando miramos todos los fenómenos, y
no juzgamos a priori, sino que miramos errores de un lado y otro, mirando sin
juzgar, nos podemos acercar más a la realidad.
v Las
Técnicas psicológicas del budismo
SAMADHI,
cultivo y desarrollo de estados profundos de calma mental llamados jhānas, que
permiten mayor control psicológico.
VIPASSANA
tiene una visión penetrante, que ahora está de moda el termino INSIGHT para el
vipassana, entendiendo que el sufrimiento a veces es causa de que proyectamos
las cosas como si para siempre fueran a existir - Desarrollo de la visión
penetrante Vipassanā: meditación de
insight. Consiste en observar la realidad con claridad para comprender tres
características universales: impermanencia (anicca), sufrimiento (dukkha)
y no-yo (anattā). Paññā: sabiduría discriminativa que
rompe las ilusiones cognitivas y emocionales, disolviendo la raíz del
sufrimiento
La MEDITACION meta que es cultivar las emociones positivas. (amor benevolente)
cultivar emociones positivas hacia uno mismo y los demás.
El PRAGNA- prajna- que es el dicernimiento,
no sacar conclusiones automáticas para liberarnos del ciclo de reacciones
automáticas
ANAPANASATI
– Atención a la respiración con distintas técnicas Se utiliza como base para
estabilizar la mente, cultivar calma y aumentar la claridad.
Satipaṭṭhāna:
que es la práctica de las 4 atenciones plenas (las sensaciones, la mente- los
fenómenos, y el cuerpo) es la observación directa del cuerpo, las sensaciones,
la mente y los fenómenos. Es una técnica
de autoobservación sin juicio, que permite ver cómo surgen y cesan los
pensamientos y emociones
EKAGRATTA
es el entrenamiento de concentración con el desarrollo de la atención unificada
en un solo objeto, que elimina dispersión y ansiedad.
Los cultivos de Karuna
o COMPASION, alegría Viveka, que es
la ecuanimidad. TODO ESTO es lo que se
desarrolla
v Psicología
práctica y ética
El Óctuple Sendero se
entiende como una terapia integral que pone su foco en sostener una visión
correcta, pensamiento correcto, palabra correcta, acción correcta, modo de vida
correcto, esfuerzo correcto, atención correcta y concentración correcta. Este
camino funciona como psicoterapia integral. Por lo que el entrenamiento mental
no está separado de la ética: cultivar compasión, bondad y ecuanimidad es parte
de la psicología de Buda. El objetivo no es solo reducir síntomas, sino
alcanzar la liberación (nibbāna),
estado de paz más allá del sufrimiento.
v Aportes
comparados con la psicología moderna
Anticipa el
mindfulness y la terapia cognitivo-conductual al observar y transformar
pensamientos, integrando emoción, cognición y ética en un solo proceso de
desarrollo humano. Propone la desidentificación del yo como clave de la salud
mental, algo que apenas empieza a explorarse en psicología contemporánea.
v Regulación
emocional y cultivo de estados positivos
Mettā-bhāvanā:
meditación de amor benevolente, para sustituir odio y hostilidad por
amabilidad.
Karuṇā,
Muditā y Upekkhā: desarrollo de compasión, alegría
empática y ecuanimidad. Estas prácticas equilibran las emociones y previenen
estados destructivos.
Pratipakṣa
implícito: ante un estado negativo (ira, celos, aversión),
se cultiva su opuesto positivo
v Transformación
de hábitos y conducta
Óctuple Sendero: visión correcta, intención
correcta, palabra correcta, acción correcta, modo de vida correcto, esfuerzo
correcto, atención correcta y concentración correcta. Este camino funciona como
psicoterapia integral.
Sīla
(ética): control de la conducta mediante preceptos que reducen culpa, ansiedad
y agitación mental.
Bhāvanā:
cultivo constante de la mente mediante entrenamiento progresivo, semejante a
una educación psicológica.
v Terapia
del deseo y del apego
Reconocimiento de taṇhā:
observar la sed de placer, existencia o no existencia como raíz del
sufrimiento.
Desapego
consciente: reducir la identificación con lo deseado y
entrenar la renuncia gradual.
Práctica del desapego (nekkhamma): desarrollar la capacidad de soltar, sin represión ni
negación, sino con claridad y libertad.
En síntesis, las
técnicas psicológicas que Buda propone son:
- atención plena (satipaṭṭhāna,
ānāpānasati),
- concentración (samādhi, jhānas),
- visión penetrante (vipassanā,
paññā),
- cultivo de emociones positivas
(mettā, karuṇā,
muditā, upekkhā),
- ética preventiva (sīla) y
- desapego progresivo del deseo (nekkhamma)
Yogachara (Asanga/Vasubandhu) y el “inconsciente”.
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
Psicología de Asaṅga y la escuela Yogācāra (también llamada Vijñānavāda, “doctrina de la Mente”)
Fundamentos de la psicología Yogācāra de Asanga
Vijñapti-mātra: todo
lo experimentado es representación de la conciencia. No vemos las cosas “tal
cual son”, sino mediadas por procesos mentales.
Tres naturalezas
(trisvabhāva):
A. Parikalpita
(imaginada): la mente proyecta objetos falsos y dualidades.
B. Paratantra
(dependiente): lo condicionado por causas y condiciones.
C. Pariniṣpanna
(perfecta): la realidad tal como es, libre de dualidad.
Modelo de la mente
Asaṅga y Vasubandhu
desarrollaron un mapa de ocho conciencias: Cinco conciencias sensoriales:
vista, oído, olfato, gusto y tacto.
Mano-vijñāna:
la mente discursiva que coordina lo sensorial.
Kliṣṭa-manas:
conciencia egocéntrica que se aferra a un “yo” ilusorio.
Ālaya-vijñāna:
“almacén” de conciencia, donde se depositan las huellas kármicas (vāsanās o
semillas). Este modelo se acerca a una teoría proto-inconsciente: el ālaya
funciona como reservorio de memorias y tendencias latentes, que condicionan la
experiencia sin ser conscientes.
Procesos psicológicos Semillas (bīja):
toda acción, pensamiento o emoción deja una huella en el ālaya. Estas semillas
germinan en experiencias futuras, explicando hábitos y reacciones.
Transformaciones de la conciencia (āśraya-parāvṛtti):
el proceso terapéutico central del Yogācāra es transformar la base misma de la
mente, purificando el ālaya de tendencias negativas. Apropiación del yo (ahaṃkāra):
el manas distorsiona la experiencia al apropiarse del ālaya como un “yo
permanente”.
Técnicas
psicológicas propuestas por Asaṅga
Meditación analítica
(bhāvanā): observar cómo surgen y cesan pensamientos y
emociones como representaciones mentales.
Práctica de los seis
pāramitās (generosidad, ética, paciencia, esfuerzo,
concentración, sabiduría) como entrenamiento de la mente.
Mindfulness de los
procesos mentales: análisis detallado de percepciones,
emociones y constructos cognitivos.
Contemplación del
no-yo (anātman): disolver la apropiación egocéntrica
que mantiene el sufrimiento.
Transformación
de las ocho conciencias en cuatro sabidurías:
A. Álayavijñāna →
sabiduría del espejo.
B. Manas → sabiduría
de igualdad.
C. Mano-vijñāna →
sabiduría discriminativa.
D. Conciencias
sensoriales → sabiduría de la acción.
Psicología clínica y terapéutica
El Yogācāra se ocupa de cómo la mente fabrica
ilusiones y hábitos. Plantea un modelo semejante al psicoanálisis: inconsciente
(ālaya), apropiación egocéntrica (manas), conciencia discursiva
(manovijñāna). La “cura” no es solo eliminar síntomas, sino transformar la raíz
kármica del psiquismo.
Aportes
comparativos Frente a Buda temprano: Asaṅga da un lenguaje sistemático y
técnico, donde el Buda ofrecía enseñanzas prácticas.
Frente
a Patañjali: Yogācāra describe con mayor detalle
las capas del inconsciente (semillas, ālaya), mientras que Patañjali se centra
en las fluctuaciones mentales (vṛtti).
Frente
a la psicología moderna: Yogācāra anticipa teorías del
inconsciente, hábitos, condicionamiento y plasticidad cognitiva.
La psicología de Asaṅga
y Yogācāra enseña que todo lo experimentado es producto de la conciencia; que
la mente opera en múltiples niveles, incluyendo un inconsciente profundo
(ālaya); y que el entrenamiento psicológico consiste en purificar esas
semillas, deshacer la apropiación egocéntrica y transformar la base de la
conciencia en sabiduría
Análisis de la mente y de sus procesos
Observación del surgimiento de las representaciones (vijñaptimātra): técnica de reconocer que lo percibido es una construcción mental, no una realidad sólida.
Discriminación de las tres naturalezas (trisvabhāva): distinguir lo imaginado (parikalpita), lo dependiente de causas (paratantra) y lo perfectamente realizado (pariniṣpanna).
Trabajo con el inconsciente -ālaya-vijñāna que es la función Subconsciente que contiene la Memoria y los Instintos de especie y además la Memoria indirecta de todos los Seres Vivos
Reconocer las semillas (bīja): cada pensamiento, emoción o acción deja huellas en el almacén de la conciencia. La técnica consiste en identificarlas en la experiencia cotidiana.
Purificación de las semillas: cultivar hábitos virtuosos para reemplazar tendencias negativas, mediante repetición y entrenamiento consciente.
Āśraya-parāvṛtti (transformación de la base): técnica central del Yogācāra, que busca transformar radicalmente la conciencia-almacén, hasta liberarla de aflicciones.
Técnicas de meditación y cultivo mental
Samādhi de la claridad: concentración profunda que permite observar cómo las percepciones surgen del flujo de la mente.
Vipassanā yogācāra: insight que revela la naturaleza ilusoria de la dualidad sujeto–objeto.
Bhāvanā (cultivo): repetición de prácticas de atención, reflexión y visualización, con efecto de “reprogramar” la mente.
Técnicas de regulación emocional y sentimental
Mettā (amor benevolente) y karuṇā (compasión): entrenamientos afectivos para sustituir odio y hostilidad.
Métodos pedagógicos y prácticos
Las seis pāramitās: generosidad, disciplina, paciencia, esfuerzo, concentración y sabiduría, aplicadas como técnicas psicológicas de educación emocional y cognitiva.
Mindfulness de los procesos mentales: observación atenta de percepciones, emociones y pensamientos para desarmar automatismos.
Visualización y contemplación del Bodhisattva: interiorizar cualidades de compasión y sabiduría mediante meditación en arquetipos espirituales.
Transformación de las funciones de la Mente en sabidurías
Ālaya-vijñāna → sabiduría del espejo: mente pura y receptiva.
Kliṣṭa-manas → sabiduría de igualdad: superación del ego y visión de igualdad de todos los seres.
Mano-vijñāna → sabiduría discriminativa: discernimiento claro sin apego.
Conciencias sensoriales → sabiduría de la acción: interacción compasiva y libre en el mundo.
En síntesis, las técnicas psicológicas de Asaṅga combinan autoobservación profunda, purificación del inconsciente, meditación de concentración e insight, entrenamiento de emociones positivas y una reprogramación completa de la mente a través de hábitos virtuosos.
Upekkhā (ecuanimidad): cultivar equilibrio ante placer y dolor.
Pratipakṣa implícito: ante una emoción o sentimiento negativo, se cultiva su opuesta, reforzando el hábito saludable.
Procesos psicológicos
2. Transformaciones de la conciencia (āśraya-parāvṛtti):
el proceso terapéutico central del Yogācāra es transformar la base misma de la
mente, purificando el ālaya de tendencias negativas.
3.
Apropiación del yo (ahaṃkāra):
el manas distorsiona la experiencia al apropiarse del ālaya como un “yo
permanente”.
Comparativa de escuelas y síntesis clínica.
El Sāṃkhya parte de la
distinción entre puruṣa
(conciencia pura, testigo) y prakṛti
(naturaleza, materia psíquica y cósmica). El sufrimiento humano surge porque el
puruṣa se identifica erróneamente con las
funciones de la prakṛti. La liberación llega cuando se comprende
que el puruṣa es distinto y libre.
El Sāṃkhya explica la mente a través de los gunas o cualidades fundamentales de la prakṛti:
Sattva: claridad, equilibrio, conocimiento.
Rajas: movimiento, pasión, deseo.
Tamas: inercia, oscuridad, ignorancia.
Los estados psicológicos dependen del
predominio de un guṇa sobre los otros. Una mente dominada por
rajas y tamas queda atrapada en deseo, apego y confusión; una mente dominada
por sattva se orienta hacia la liberación.
Como Técnicas psicológicas el Sāṃkhya emplea:
1.
Viveka
(discernimiento): distinguir puruṣa de prakṛti,
conciencia del observador frente a lo observado.
2.
Vairāgya
(desapego): reducir el poder de rajas y tamas sobre la mente.
3.
Sattva-śuddhi (purificación de la
mente): cultivar claridad, equilibrio y conocimiento.
4.
Contemplación
introspectiva: observar cómo manas, ahaṃkāra
y buddhi operan sin identificarse con ellos.
Visión terapéutica La
psicología del Sāṃkhya entiende el
sufrimiento como producto de la confusión ontológica y psicológica entre el
sujeto (puruṣa) y los
procesos de la mente (prakṛti).
La terapia consiste en la desidentificación progresiva: reconocer que
pensamientos, emociones e incluso la inteligencia son parte de la naturaleza,
no del ser consciente. Al establecer esta separación, la mente se pacifica y el
puruṣa
se libera.
La psicología de Kapila y el Sāṃkhya
ofrece un modelo tripartito del aparato mental (manas, ahaṃkāra,
buddhi), lo integra con las fuerzas dinámicas de los guṇas,
y propone como técnica central el discernimiento entre conciencia y mente. Es
una psicología introspectiva, orientada a la liberación, y constituye la base
de toda la psicología del yoga clásico.
La
psicología de Abhinavagupta y de la escuela del Śivaismo de Cachemira (siglos X–XI d.C.) es una de las más ricas y
sofisticadas de la India. No solo estudia la mente como instrumento de
liberación, sino que también integra la experiencia estética, las emociones y
la espiritualidad en una visión unitaria de la conciencia.
Enfoque general -El Śivaismo de Cachemira
es un sistema no dualista (advaita),
donde la conciencia suprema (Śiva) es la realidad última. La mente humana no es
algo separado, sino una manifestación de esa conciencia universal. El problema
psicológico no es la existencia del ego, sino la ignorancia de la verdadera
identidad con la conciencia universal.
Aparato mental según Abhinavagupta
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
La mente es entendida como
expresión de la energía de la conciencia (śakti) en diferentes niveles:
●
Citta: el campo mental ordinario.
●
Manas: la función que selecciona e
interpreta impresiones.
●
Ahaṃkāra: la apropiación personal, el
sentido de yo.
●
Buddhi: la inteligencia
discriminativa.
●
Śuddha-vidyā: el nivel superior de
conocimiento puro, donde el yo se reconoce como conciencia universal.
Abhinavagupta describe un
continuo que va desde la mente limitada hasta la conciencia infinita.
Psicología dinámica: el Spanda
El concepto central es spanda, la
“vibración” o “pulsación” de la conciencia. Toda experiencia, incluso mental o
emocional, es un movimiento de esta vibración. La psicología no consiste en
reprimir emociones, sino en reconocer su naturaleza vibratoria como energía de
la conciencia.
Emociones y estética (rasa)
Abhinavagupta desarrolla una
psicología de las emociones a través de su teoría estética:
●
Las emociones ordinarias (amor, miedo,
furia, compasión, heroísmo, asombro, etc.) son vistas como formas limitadas de
la vibración de la conciencia.
●
El arte y la poesía permiten
transformar emociones individuales en experiencias universales de rasa (saboreo
estético).
●
Esta universalización es terapéutica:
libera de la identificación personal y conduce a la experiencia espiritual.
Técnicas psicológicas del Śivaismo de Cachemira
1.
Pratyabhijñā
(reconocimiento): técnica central. El practicante observa los procesos de su
mente hasta reconocer que el sujeto limitado es en realidad conciencia
universal.
2.
Vimarśa
(reflexión consciente): práctica de autoindagación para reconocer el carácter
luminoso de cada experiencia.
3.
Spanda-sādhana:
atención a la vibración interior de la conciencia, en silencio, respiración,
emoción o sonido.
4.
Uso de las emociones:
en lugar de suprimirlas, se medita en ellas hasta que se revelan como energía
de Śiva.
5.
Estética como vía espiritual:
la contemplación del arte, la danza o la poesía se usa como técnica psicológica
de expansión de la conciencia.
Visión terapéutica
La psicología de Abhinavagupta
entiende que el sufrimiento surge de la contracción de la conciencia en la
individualidad. La terapia consiste en expandir la experiencia mental y
emocional, reconociendo su raíz en la conciencia suprema.
El resultado
es un estado de libertad (svātantrya)
y gozo (ānanda), donde las emociones
se transfiguran en sabiduría.
La psicología
del Śivaismo de Cachemira y de Abhinavagupta no se centra en suprimir la
mente o en anular el ego, sino en reconocer que todo proceso mental, cognitivo
y emocional es una manifestación de la conciencia divina. Sus técnicas
psicológicas combinan introspección, meditación vibratoria, autoindagación y
estética, dando lugar a un sistema que integra mente, arte y espiritualidad en
una sola ciencia de la conciencia.
Psicología de
Vasubandhu hermano de Asaṅga, figura
clave del budismo y de la escuela Yogācāra, además de ser el gran comentarista
del Abhidharma.
Técnicas
psicológicas en Vasubandhu
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
Análisis introspectivo (vipaśyanā):
observar los factores mentales en su surgimiento y cese.
Meditación en la impermanencia (anicca):
entrenar la mente para reconocer que todo estado mental es transitorio y
condicionado.
Atención plena (smṛti):
cultivar la observación continua de los procesos internos.
Purificación del inconsciente (ālaya):
sembrar semillas saludables mediante hábitos virtuosos y meditación, eliminando
las tendencias negativas.
Desidentificación del yo (anātman): contemplar la ausencia de un yo sustancial en el flujo de conciencia.
Visión terapéutica
Para Vasubandhu, la mente es plástica y
transformable. El sufrimiento surge cuando las semillas kármicas y los factores
no saludables dominan el flujo mental. La terapia consiste en observar,
purificar y reprogramar la conciencia, hasta lograr un flujo libre de
ignorancia, odio y apego. El resultado es una mente clara, compasiva y sabia,
orientada a la liberación.
El
programa MBSR
El MBSR es un protocolo de ocho semanas
originalmente diseñado para pacientes con dolor crónico y estrés. Combina ejercicios
de yoga suave que permiten reconectar con el cuerpo, prácticas de meditación
mindfulness que cultivan la atención plena, el escáner corporal o
body scan que consiste en recorrer con la conciencia todo el cuerpo, y
técnicas de respiración consciente.
La
finalidad no es eliminar el dolor, sino
transformar la relación con él,
aprendiendo a responder en lugar de
reaccionar.
La propuesta psicológica de Kabat-Zinn sostiene que el sufrimiento
no proviene únicamente del dolor físico, sino de la reacción automática de la
mente frente al dolor y el estrés. La práctica de mindfulness enseña a
observar pensamientos, emociones y sensaciones sin identificarse con ellos. El
eje es cultivar aceptación, presencia y compasión, rompiendo los ciclos de
ansiedad, tensión y sufrimiento emocional.
Las investigaciones Kabat-Zinn mostraron
que el MBSR reduce la ansiedad y la depresión, fortalece el sistema inmune,
disminuye la inflamación, mejora la regulación emocional mediante cambios
observables en el cerebro y aumenta la calidad de vida en pacientes con cáncer,
enfermedades cardíacas y dolor crónico. Aunque Kabat-Zinn no usa la palabra
yogaterapia, su propuesta puede considerarse una forma moderna de ella. Integra
asana y prāṇāyāma
de manera sencilla, utiliza la meditación como terapia cognitiva y
emocional, y convierte la práctica del yoga en un recurso clínico y científico,
accesible a cualquier paciente, sin necesidad de adoptar una religión o
filosofía oriental.
La
yogaterapia de Kabat-Zinn,
aunque no nombrada como tal, representa un puente entre el yoga, la meditación
budista y la medicina científica. Su psicología terapéutica se centra en la
atención plena, la aceptación consciente del dolor y la reeducación de la
mente y el cuerpo. De esta manera transformó el yoga en un lenguaje clínico
universal, validado científicamente y aplicable en hospitales, escuelas y
empresas en todo el mundo.
PsicosomatoNoología
Deportiva y preparación integral
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
La preparación
adecuada para la competencia no puede reducirse solamente al entrenamiento físico. Supone un proceso integral donde la actitud
emocional, el control sentimental, la aspiración anímica, la concentración
mental, la atención consciente, la respiración ejecutada correctamente, la
implementación de la estrategia y la aplicación de la táctica, junto con la
rigurosa observancia de las reglas técnicas de ejecución y de las normas
culturales, sociales y deportivas, se convierten en los verdaderos medios para
alcanzar los resultados buscados. Competir no es simplemente demostrar fuerza o
velocidad, sino desplegar una totalidad armónica del ser humano, donde lo
físico se funde con lo mental, lo sentimental y lo espiritual.
En este sentido, los
deportes pueden clasificarse en distintos grupos que marcan diferencias
esenciales en las exigencias psicofísicas y noológicas
Pero más allá de lo
técnico y lo fisiológico, lo decisivo sigue siendo la preparación mental, sentimental
y espiritual. La estrategia y la táctica, la motivación, la inteligencia
emocional y la inteligencia sentimental constituyen la base de la victoria.
El competidor debe
integrar sus motivaciones personales con las competitivas, organizar esquemas
estratégicos comprensibles y aplicar sus capacidades de adaptación frente al
adversario.
La preparación
espiritual — entendida como el desarrollo de la inteligencia
emocional, sentimental y afectiva— es indispensable para regular las emociones
en el presente y transformarlas en sentimientos positivos que fortalezcan la
conducta. Estas capacidades no surgen espontáneamente, sino que pueden
entrenarse mediante técnicas cognitivas, psicocorporales y espirituales,
elaboradas desde la PsicosomatoNoología Deportiva.
En definitiva, no hay
preparación física plena sin preparación mental, sentimental y espiritual. La
PsicosomatoNoología Deportiva, que Maitreyananda propuso y enseño en el Centro
Nacional de Alto Rendimiento Deportivo en 1993, es precisamente este camino
integrador, donde cuerpo, mente y espíritu se entrenan de manera conjunta,
permitiendo que el atleta afronte la competencia no solo como un desafío
físico, sino como una experiencia total de autorrealización y de superación en
todos los planos de su existencia.
Uno de los ejes centrales es comprender
al deportista como un sistema psicosomatonoológico integral, donde mente,
cuerpo y espíritu se encuentran entrelazados.
No basta con mejorar la fuerza,
la velocidad o la resistencia; es indispensable también entrenar la
concentración, la autoconfianza, la regulación emocional y la motivación
profunda. Por ello, Singer y sus colaboradores hacen hincapié en el rol de las
técnicas psicológicas que se deben aplicar en el proceso de entrenamiento y en
la competición, entendiendo que el rendimiento máximo solo es posible cuando el
atleta logra la integración de todas sus dimensiones.
Entre las técnicas
más importantes que se destacan se encuentran, en
primer lugar, las técnicas de control de la activación. Aquí entran la relajación
progresiva, la respiración controlada y el biofeedback, que permiten al
atleta modular su nivel de tensión fisiológica para adecuarlo a las exigencias
de la prueba.
El exceso de ansiedad puede
arruinar la ejecución más entrenada, mientras que una activación demasiado baja
genera apatía y falta de reacción. Por ello, el psicólogo del deporte debe
enseñar al atleta a reconocer su propio nivel óptimo de activación y dotarlo de
recursos para alcanzarlo en el momento preciso.
Otro grupo fundamental de
técnicas abordadas en este manual son las estrategias de concentración y
atención. El deporte exige focalización en lo esencial, inhibiendo
estímulos irrelevantes y gestionando las distracciones internas (pensamientos,
emociones) y externas (ruido del público, adversario, arbitraje).
La práctica de rutinas
precompetitivas, la atención selectiva y el entrenamiento en mindfulness son
herramientas que fortalecen esta dimensión. El manual insiste en que la
atención es entrenable de la misma forma que los músculos, y que sin dominio de
la concentración es imposible alcanzar un rendimiento sostenido.
Tipologías de deportes y exigencias noológicas
El primer grupo corresponde a las disciplinas clínicas, como la natación, el remo, el ciclismo o las carreras, donde predomina el trabajo cíclico y de resistencia.
El
segundo grupo lo forman las disciplinas de
velocidad y fuerza, como los saltos o lanzamientos, donde la potencia
explosiva es decisiva.
Un
tercer grupo se compone de disciplinas cíclicas
que exigen coordinación y plasticidad, como el patinaje artístico, la
gimnasia deportiva, el yoga artístico deportivo, la danza deportiva, la
aeróbica o los saltos ornamentales
El
cuarto grupo incluye las disciplinas de combate,
como el boxeo y las luchas en sus diversas modalidades
Un
quinto grupo lo constituyen los juegos
deportivos colectivos, desde el fútbol hasta el waterpolo
El
sexto grupo abarca las disciplinas combinadas
como el pentatlón o el decatlón
El
séptimo grupo corresponde a los deportes
mentales, como el ajedrez, las damas, el go o el bridge
El
octavo se refiere a los deportes mecánicos de
concentración, como el motociclismo y el automovilismo
Finalmente, el noveno grupo está compuesto por los deportes
de concentración pura, como el tiro con arco o el tiro al blanco
Motivación y clima psicológico (Weinberg & Gould, Dosil, Cox, Singer
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
Para los autores Weinberg & Gould La motivación fluctúa según el contexto social, la historia personal del deportista, los objetivos trazados y las metas a corto o largo plazo. Se subraya que la motivación no puede reducirse al simple “deseo de ganar”, pues está atravesada por la percepción del sentido del esfuerzo, por la relación con los demás y por el reconocimiento obtenido.
Este enfoque permite al entrenador y al psicólogo deportivo intervenir no solo reforzando la voluntad del atleta, sino también creando un clima motivacional adecuado que estimule la autoconfianza y el compromiso. Los autores muestran que la presión de la competencia puede convertirse tanto en motor como en obstáculo. La ansiedad, lejos de ser un simple enemigo, puede actuar como estímulo cuando se la canaliza adecuadamente, pero se vuelve destructiva cuando sobrepasa los umbrales de control del deportista. Para abordar esto,se presentan técnicas que van desde la relajación progresiva y la respiración controlada, hasta la visualización mental y la reestructuración cognitiva.
Aquí la psicología del
deporte se funde con la psicosomática: lo mental, lo corporal y lo emocional se
revelan como partes de un mismo sistema. La ansiedad no es solo un pensamiento,
sino también una tensión muscular, una alteración de la respiración y un
desajuste del equilibrio afectivo.
Otro aporte es el estudio de la
cohesión grupal y la dinámica de equipos. El rendimiento colectivo no puede
explicarse solamente por la suma de talentos individuales. Weinberg y Gould
sostienen que el éxito deportivo es inseparable de la calidad de las
relaciones humanas dentro del equipo: la confianza, la comunicación, la
solidaridad y la claridad en los roles son factores decisivos. En este punto,
la psicología del deporte se acerca a la sociología y a la antropología, pues
muestra cómo el equipo funciona como una microsociedad en la que los vínculos y
las normas compartidas definen los resultados tanto como la técnica o la
preparación física.
Weinberg y Gould enfatizan que el coach no es solamente un estratega técnico, sino un educador emocional y mental. Su estilo de liderazgo, su manera de transmitir mensajes y su capacidad de generar confianza son determinantes. El entrenador no solo dirige ejercicios, sino que moldea actitudes, regula climas emocionales y contribuye al desarrollo espiritual y humano del deportista. Es asi que se hace evidente que el deporte es también un espacio pedagógico donde se forman valores, se fortalecen personalidades y se consolidan identidades.
La preparación psicológica, según los autores, es parte esencial del entrenamiento. El deportista debe aprender a construir rutinas precompetitivas, a organizar sus pensamientos, a manejar su atención y a sostener la concentración en medio de la presión. Las técnicas propuestas —establecimiento de metas, autoinstrucciones, visualización, control del arousal— se convierten en herramientas prácticas que, aplicadas con disciplina, marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso.
El planteo de Weinberg y Gould incluye también al ejercicio físico cotidiano, a la actividad recreativa y al deporte amateur. El bienestar psicológico, el control del estrés, la autoestima y la socialización son beneficios que la práctica deportiva ofrece a cualquier persona. Por eso, estudiar la psicología del deporte es, estudiar la psicología del ser humano en acción, enfrentando desafíos y buscando superar sus límites.
Dosil entiende
que la psicología del deporte no debe limitarse a la explicación teórica de
fenómenos mentales, sino que debe constituirse como una herramienta de
intervención capaz de mejorar el rendimiento, la motivación, la confianza, la
concentración y la capacidad de afrontamiento de los atletas en las situaciones
de mayor presión. Esta orientación práctica y aplicada conecta directamente con
la visión de Maitreyananda de la PsicosomatoNoología deportiva: una psicología que no se
queda en las abstracciones, sino que busca transformar la vida emocional y
espiritual del atleta para que su cuerpo responda de acuerdo con lo que su
mente y su espíritu proyectan.
La obra se estructura
en torno a tres ejes fundamentales: la psicología de la actividad física
entendida como promotora de salud, la psicología aplicada al rendimiento
deportivo, y la psicología como recurso terapéutico frente a los problemas que
pueden surgir de la práctica. Dosil concibe la psicología
no solo como ciencia de alto rendimiento, sino también como disciplina de
bienestar y equilibrio integral. Esta visión amplia es clave porque rompe con
la falsa dicotomía entre deporte y salud mental: un atleta no es únicamente un
competidor, sino también un ser humano que necesita sostener su motivación,
regular sus emociones y encontrar un sentido profundo en lo que hace.
Dosil expone que no
existen fórmulas mágicas sino procesos que deben trabajarse a lo largo del
tiempo. La motivación es interna y externa, depende tanto de los impulsos
afectivos del individuo como del clima social que lo rodea. El entrenador, se convierte en un mediador psicológico.Su función consiste en alinear las metas personales con
los objetivos colectivos, dar sentido al esfuerzo cotidiano y generar un clima
de confianza.
Otro tema central es
el control de la ansiedad y del estrés competitivo. Dosil desarrolla técnicas
de intervención que buscan regular los niveles de activación fisiológica y
emocional del deportista. La respiración consciente, la relajación progresiva,
el entrenamiento autógeno y las técnicas de imaginación son presentadas como
recursos que permiten al atleta transformar la ansiedad en energía positiva. Segun Maitreyananda, estas técnicas no solo tienen un efecto
mental, sino también espiritual, porque conducen al atleta a un estado de
confianza serena donde el cuerpo y la mente se alinean con un propósito
superior.
La concentración y la
atención ocupan un lugar privilegiado en la obra. Dosil sostiene que el
deportista debe aprender a discriminar lo relevante de lo irrelevante, a
dirigir sus recursos cognitivos hacia lo esencial en cada momento de la
competencia. Este entrenamiento atencional es una de las claves del rendimiento
deportivo moderno, porque en un entorno saturado de estímulos el éxito no
depende únicamente de la fuerza o de la técnica, sino de la capacidad de
focalizarse en lo verdaderamente importante. El control de la atención es
también, una práctica espiritual, porque supone entrenar
la presencia en el aquí y el ahora, evitando que la mente se disperse entre las
distracciones del pasado y las expectativas del futuro.
La obra también hace
referencia al papel de la cohesión de equipo y del liderazgo deportivo. La
psicología no trabaja solamente sobre el individuo, sino sobre los vínculos,
las dinámicas grupales y los climas emocionales que se generan en torno a la
competencia. Un equipo que no esta unido puede tener grandes talentos, pero carecer de
resultados; en cambio, un grupo unido y motivado puede superar sus
limitaciones técnicas gracias a la fuerza de la confianza mutua y la
solidaridad. Aquí radica una lección fundamental: el deporte no es únicamente
un escenario de logros individuales, sino también una escuela de comunidad y de
cooperación.
Dosil analiza el papel de la psicología frente a las lesiones
deportivas, el abandono, el burnout y los problemas emocionales que surgen del
esfuerzo sostenido y de las presiones externas. Este enfoque es importante porque reconoce que el deporte, aunque fuente de salud y bienestar,
también puede ser un terreno fértil para la frustración, la ansiedad y la
depresión. La psicología del deporte, entonces, debe ser también una
psicoterapia del deportista, capaz de ofrecer recursos de afrontamiento,
resiliencia y readaptación.
Cox se centra especialmente en los
enfoques cognitivos-conductuales, y esta orientación se convierte en su columna
vertebral. Cox entiende que la conducta deportiva no es un simple reflejo de
impulsos instintivos ni una expresión de fuerzas inconscientes, sino el
resultado de la interacción constante entre pensamientos, emociones y conductas
observables. esencialmente aporta que el deportista no es solo un cuerpo
entrenado ni una mente cargada de presiones, sino un ser humano que interpreta,
evalúa y reelabora cada situación en función de sus creencias, motivaciones y
expectativas. En este sentido, el modelo cognitivo-conductual que Cox defiende
es una vía de intervención que permite modificar esquemas de pensamiento
desadaptativos y transformarlos en recursos positivos para la competencia.
Entre los temas
centrales que aborda, la motivación ocupa un lugar privilegiado. Cox presenta
la motivación como un proceso dinámico que puede incrementarse o disminuir en
función de variables internas y externas. La motivación intrínseca —el placer
de superarse, el gusto por la actividad en sí misma— se muestra como el motor
más poderoso y duradero. Sin embargo, el autor no descuida la motivación
extrínseca, ligada a premios, reconocimiento y logros sociales, que si bien
puede ser menos estable, constituye en muchos casos el primer impulso hacia la
práctica deportiva. Lo interesante es que Cox ofrece estrategias concretas para
fortalecer ambas dimensiones, insistiendo en que la verdadera tarea del
psicólogo y del entrenador es generar un clima que estimule la
autodeterminación y la autoconfianza del atleta.
Desarrolla
también el papel de la ansiedad y el estrés competitivo, analizando sus efectos
fisiológicos y psicológicos en el rendimiento. Cox explica que la ansiedad no
es necesariamente negativa, sino que puede convertirse en un estímulo de
activación que moviliza energías y enfoca la atención. El problema surge cuando
los niveles son excesivos y la activación se transforma en tensión paralizante.
Aquí entran en juego las técnicas de intervención: la relajación progresiva, el
control de la respiración, la auto instrucción positiva, la visualización y la
práctica de rutinas precompetitivas. Estas herramientas, al mismo tiempo
simples y profundas, muestran que el entrenamiento mental es tan indispensable
como el físico, y que el control de la ansiedad no es un lujo sino una
necesidad para el atleta que busca rendir bajo presión.
Cox señala
que el deportista debe aprender a focalizar su atención en los estímulos
relevantes y a bloquear las distracciones internas y externas. La concentración
no es un don, sino una habilidad que se entrena mediante ejercicios
sistemáticos. Propone técnicas de focalización, entrenamiento en
señales internas y externas, y rutinas atencionales que permiten mantener la
mente centrada en la tarea aun en contextos adversos. Esta lectura se enlaza
con la visión de Maitreyananda, de que la atención consciente es también un acto
espiritual: estar presente en el aquí y ahora, sin perderse en las sombras del
pasado ni en las proyecciones ansiosas del futuro. La cohesión grupal y el
liderazgo son tratados con una mirada equilibrada entre lo teórico y lo
aplicado. Cox entiende que el equipo deportivo no es la mera suma de talentos
individuales, sino un entramado emocional y motivacional que necesita ser
trabajado psicológicamente. Los ejercicios de integración, el fortalecimiento
de la comunicación y la construcción de roles claros son presentados como
técnicas que transforman al grupo en una unidad funcional. Esta visión, más
allá del rendimiento, rescata la dimensión humana del deporte como espacio de
cooperación y de desarrollo comunitario.
Singer Uno de los ejes centrales que plantea este es la necesidad de comprender al deportista como un sistema psicosomatonoológico integral, donde mente, cuerpo y espíritu se encuentran entrelazados. No basta con mejorar la fuerza, la velocidad o la resistencia; es indispensable también entrenar la concentración, la autoconfianza, la regulación emocional y la motivación profunda. Singer hace hincapié en el rol de las técnicas psicológicas que se deben aplicar en el proceso de entrenamiento y en la competición, entendiendo que el rendimiento máximo solo es posible cuando el atleta logra la integración de todas sus dimensiones. Entre las técnicas más importantes que se destacan, en primer lugar, las técnicas de control de la activación. Aquí entran la relajación progresiva, la respiración controlada y el biofeedback, que permiten al atleta modular su nivel de tensión fisiológica para adecuarlo a las exigencias de la prueba. El exceso de ansiedad puede arruinar la ejecución más entrenada, mientras que una activación demasiado baja genera apatía y falta de reacción. Por ello, el psicólogo del deporte debe enseñar al atleta a reconocer su propio nivel óptimo de activación y dotarlo de recursos para alcanzarlo en el momento preciso.
Otro grupo
fundamental de técnicas abordadas, son las estrategias de
concentración y atención. El deporte exige focalización en lo esencial,
inhibiendo estímulos irrelevantes y gestionando las distracciones internas
(pensamientos, emociones) y externas (ruido del público, adversario,
arbitraje). La práctica de rutinas precompetitivas, la atención selectiva y el
entrenamiento en mindfulness son herramientas que fortalecen esta dimensión. insiste en que la atención es entrenable de la misma forma que los
músculos, y que sin dominio de la concentración es imposible alcanzar un
rendimiento sostenido.
La motivación ocupa
un lugar privilegiado. Singer y sus colegas retoman tanto la teoría de la
motivación intrínseca como la extrínseca, pero insisten en que el verdadero
motor de la excelencia deportiva surge de la motivación interna, del deseo de
superación y de la experiencia de disfrute en el propio acto de competir. Aquí
aparecen técnicas como el establecimiento de metas, donde se aconseja formular
objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales (modelo
SMART). Sin embargo, el libro amplía este marco, subrayando la importancia de
que las metas no solo sean externas (ganar, lograr un récord), sino también
internas (superar el miedo, perfeccionar una técnica, alcanzar un estado de
flujo).
Hace tambien un desarrollo profundo sobre las técnicas de visualización e imaginación
motora. El atleta aprende a anticipar mentalmente la ejecución de un
movimiento, reproduciendo con lujo de detalles las sensaciones, los gestos y el
entorno competitivo. Esta técnica, que ha sido utilizada en la preparación olímpica
de numerosos países, es considerada en el manual como una de las más efectivas
para consolidar patrones técnicos y generar confianza antes de la competición.
La visualización no es fantasía; es práctica mental que graba en la memoria
corporal los movimientos a ejecutar. En lo que respecta al entrenamiento de la
autoconfianza, el manual ofrece numerosas estrategias. Una de ellas es la
reestructuración cognitiva, que busca reemplazar pensamientos negativos o
anticipaciones catastróficas por afirmaciones positivas y realistas. Otra es el
refuerzo del diálogo interno, mediante frases breves que el deportista se
repite para sostener su concentración y confianza. Se señala que la
autoconfianza no es una condición innata, sino el resultado de un trabajo constante,
y que la tarea del psicólogo deportivo es enseñar al atleta a construirse un
discurso interno que lo fortalezca en lugar de debilitarlo.
Singer, Hausenblas y
Janelle también dedican especial atención a las dinámicas de equipo y liderazgo
deportivo. La psicología aplicada al deporte no se limita al individuo, sino
que comprende también el estudio de la cohesión grupal, el liderazgo del
entrenador, la comunicación entre jugadores y la resolución de conflictos. Aquí
se introducen técnicas de role-playing, dinámicas de cooperación y programas de
fortalecimiento de la identidad grupal. Un equipo cohesionado puede compensar
carencias individuales y transformar la suma de esfuerzos en una fuerza
colectiva superior.
Es interesante
destacar que no descuida el plano emocional y espiritual del
deportista. Se deja en claro que la
gestión de las emociones profundas, el sentido del esfuerzo y la búsqueda de
trascendencia son factores determinantes en el rendimiento.
Puentes
con la psicología budista y terapias de tercera ola (Kalupahana, Tirch, Kornfield)
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
David J. Kalupahana, en su libro Los Principios de la Psicología Budista, realiza un esfuerzo para situar al budismo dentro de la tradición psicológica universal, mostrando que el pensamiento del Buda fue desde sus orígenes un estudio científico de la mente y no una especulación religiosa. Este enfoque es esencial, porque muchas veces la psicología budista ha sido reducida a un conjunto de creencias místicas o a una filosofía oriental difícil de integrar en el marco de la psicología moderna. Kalupahana se encarga de demostrar lo contrario: que la enseñanza del Buda anticipa categorías psicológicas, modelos de conducta y técnicas de intervención que recién en el siglo XX fueron reconocidas y sistematizadas en Occidente.
El punto de partida
de Kalupahana es el rechazo del concepto de alma como sustancia eterna. El
Buda, en el siglo VI a.C., se aparta de la visión brahmánica que concebía el
ātman inmutable. Para él, lo que llamamos “yo” no es más que un agregado de
procesos condicionados: forma, sensación, percepción, formaciones mentales y
conciencia. Estos cinco skandhas conforman la ilusión de identidad, pero cada
uno de ellos es impermanente, cambiante, vacío de esencia propia.
De este modo, la
psicología budista se constituye como una ciencia de procesos y no de
entidades. Este punto, tiene consecuencias
directas en la práctica clínica: no se trata de curar un “alma” dañada, sino de
comprender y transformar procesos psíquicos y emocionales que producen
sufrimiento.
Kalupahana sitúa el
centro de esta psicología en la ley de la causalidad
(pratītya-samutpāda). Ningún estado mental aparece sin causas, ni se sostiene
sin condiciones. La ira, la envidia, el apego, la tristeza, son efectos de
causas identificables, y al modificarlas se modifica también la experiencia
subjetiva. Este principio causal es lo que convierte a la psicología budista en
un método de liberación: no basta con describir los síntomas, como hizo en
parte la psiquiatría clásica, sino que es necesario rastrear sus causas y
romper la cadena de condiciones que los sostienen. Así, la psicología
budista es intrínsecamente terapéutica y no especulativa.
Uno de los grandes aportes de Kalupahana es resaltar la teoría budista de las emociones. El Buda no condena la ira, el deseo o el miedo como “pecados” ni como fallas morales, sino que los concibe como estados condicionados. Esto significa que pueden observarse, comprenderse y transformarse. El practicante no debe culparse por experimentar celos o resentimientos, sino observar su origen y permitir que se disuelvan. La técnica para ello es la meditación, en sus dos formas fundamentales: samatha, o calma mental, y vipassanā, o visión profunda. Samatha entrena la mente en la atención concentrada, reduciendo la dispersión y generando serenidad. Vipassanā, por su parte, permite ver la naturaleza impermanente y vacía de los fenómenos mentales, logrando una desidentificación progresiva de los pensamientos y emociones.
Kalupahana sostiene
que esta psicología está en la raíz del mindfulness
moderno.
La atención plena (sati) es la capacidad de observar pensamientos, emociones y
sensaciones corporales sin apego ni rechazo, reconociendo su surgimiento y
desaparición.
En la práctica
clínica contemporánea, esta técnica se ha convertido en el núcleo de terapias
como la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness (MBCT) o la Terapia de
Aceptación y Compromiso (ACT). La diferencia es que, mientras en Occidente
estas terapias buscan reducir síntomas y mejorar la calidad de vida, en el
budismo el objetivo último es la liberación del sufrimiento existencial.
El autor también
dedica atención al Abhidhamma, el gran tratado sistematizador del
budismo temprano. Allí se encuentran clasificaciones de los estados
mentales: pensamientos sanos, insanos, neutrales, factores mentales
constructivos y destructivos, emociones aflictivas y emociones positivas. Este
mapa de la mente, que anticipa de algún modo los manuales diagnósticos
modernos, permite al practicante identificar con precisión qué tipo de estado
está experimentando y cómo trabajarlo. Para Kalupahana, el Abhidhamma es una
verdadera psicología experimental, que observa la mente con la misma
rigurosidad que un científico observaría un fenómeno físico.
En cuanto a la motivación, Kalupahana explica que el
ser humano está movido por el deseo (tanhā), que puede ser deseo de
placer, de existencia o de no existencia. Estos deseos generan apego y, en
consecuencia, sufrimiento. Pero el deseo no es en sí mismo negativo: existe
un deseo positivo, el chanda, que es la aspiración a la verdad, al bienestar
y a la liberación. La psicología budista, entonces, no suprime la motivación,
sino que la transforma: de un impulso egoísta a un impulso compasivo y
altruista. Esta enseñanza es fundamental para la psicología del deporte y la
psicología clínica modernas, pues demuestra que la motivación puede ser
entrenada y redirigida.
Otro punto esencial
que resalta Kalupahana es la noción de plasticidad mental. La mente no
es rígida, sino moldeable. Así como un hábito nocivo puede arraigarse y
perpetuar el sufrimiento, un hábito saludable puede cultivarse hasta
convertirse en una cualidad estable. Esta es la base de la práctica budista de
las brahmavihāras: amor benevolente (metta), compasión (karuṇā),
alegría empática (muditā) y ecuanimidad (upekkhā). Estas prácticas son
técnicas psicológicas concretas para sustituir emociones negativas por
positivas, entrenando la mente en la dirección del bienestar.
Kalupahana insiste en
que el budismo no es una religión dogmática, sino un método de
autoconocimiento. A diferencia de otros sistemas, no se basa en revelaciones
divinas ni en mandamientos externos, sino en la experiencia directa. El Buda
invitaba siempre a sus discípulos a comprobar por sí mismos sus enseñanzas, a
no aceptar nada por autoridad ni tradición. En este sentido, la psicología
budista es profundamente empírica y fenomenológica.
Finalmente,
Kalupahana establece un puente con la psicología moderna. Señala que la
distinción budista entre lo que pensamos y lo que somos, entre el discurso de
la mente y la realidad de la experiencia, anticipa lo que Freud descubrió
siglos después al distinguir entre lo consciente y lo inconsciente. También
encuentra afinidades con el existencialismo, en la medida en que ambos
reconocen la angustia como parte constitutiva de la vida humana. Pero subraya
la diferencia: mientras el existencialismo a menudo se queda en la descripción
de la angustia, el budismo ofrece una salida práctica a través del
entrenamiento mental y emocional.
En
conclusión, Los Principios de la Psicología Budista de David J. Kalupahana demuestra que el budismo no es sólo religión ni
filosofía, sino una verdadera psicología práctica. Sus aportes en el análisis
de las emociones, en la comprensión de la motivación, en el diseño de técnicas
de observación y transformación de la mente, lo convierten en una fuente
inagotable de inspiración para la psicología contemporánea. Desde la clínica
hasta el deporte, desde la terapia hasta la vida cotidiana, la psicología
budista enseña que el ser humano no es lo que piensa ni lo que hace, sino lo
que siente y lo que cultiva conscientemente en su interior. El legado del Buda,
leído a través de Kalupahana, nos recuerda que la libertad se conquista en el
corazón de la experiencia psicológica misma, allí donde surge y desaparece el
sufrimiento.
El libro Psicología
Budista y Práctica Cognitivo-Conductual de Dennis Tirch es una obra para
comprender la convergencia entre la antigua sabiduría budista y las terapias
contemporáneas de tercera ola, en especial el Mindfulness, la Terapia de Compasión y la Terapia de Aceptación y
Compromiso (ACT). Tirch muestra cómo la meditación budista y sus técnicas de autoconocimiento
encuentran un correlato científico y clínico en los desarrollos de la
psicología cognitiva moderna.
El punto de partida
del autor es claro: la mente humana es capaz de generar sufrimiento innecesario
a partir de sus propios procesos de pensamiento, en forma de preocupaciones
obsesivas, autoexigencia desmedida, vergüenza, miedo y desesperanza. En este
terreno, la psicología budista coincide con la psicología cognitiva en
identificar al pensamiento como causa y sostén del malestar. Sin embargo,
mientras que la psicología cognitivo-conductual clásica se centraba en
reestructurar cogniciones y reemplazar pensamientos disfuncionales, el budismo
propone una vía distinta: observar los pensamientos sin identificarse con
ellos.
Para Tirch la mayor contribución budista: el concepto de desidentificación cognitiva. El
practicante aprende a ver los pensamientos como meras formaciones mentales
transitorias, no como verdades absolutas ni como reflejo fiel del yo. Esta
capacidad de observar sin apego ni rechazo es la esencia del mindfulness
(sati), que en la clínica se traduce como una herramienta poderosa para
reducir ansiedad, depresión y rumiación. En lugar de luchar contra el contenido
del pensamiento, el paciente aprende a relacionarse de manera diferente con él,
generando distancia, aceptación y libertad.
Otro aspecto que rescata de la psicología budista es el cultivo sistemático de compasión
(karuṇā).
Mientras que muchas terapias tradicionales se enfocaban en corregir síntomas,
la compasión es vista aquí como una fuerza transformadora que humaniza la
experiencia clínica. La compasión hacia uno mismo rompe el ciclo de autocrítica
y vergüenza, mientras que la compasión hacia los demás amplía el horizonte del
yo, creando un sentido de pertenencia y conexión. Tirch sostiene que esta
práctica, lejos de ser un simple añadido espiritual, es un pilar terapéutico
tan esencial como la reestructuración cognitiva o la exposición conductual.
La obra se detiene
también en la ACT (Acceptance and Commitment Therapy), mostrando sus raíces
implícitas en el budismo. El núcleo de ACT es aceptar la experiencia presente
sin lucha, comprometerse con valores significativos y actuar en consecuencia.
Esto coincide con la enseñanza budista de que la resistencia al sufrimiento lo
intensifica, mientras que la aceptación lúcida abre la posibilidad de
transformación. El terapeuta no propone eliminar el dolor, sino acompañarlo con
presencia y claridad, para que deje de ser un enemigo y se convierta en
maestro.
Tirch introduce
además un análisis detallado de las emociones desde
ambas perspectivas. En el budismo, las emociones perturbadoras (kleshas)
son producto de la ignorancia fundamental de creer en un yo fijo e
independiente. En la psicología cognitiva, las emociones negativas derivan de
interpretaciones distorsionadas y esquemas disfuncionales. Al unir estas
visiones, el autor plantea que trabajar con las emociones no es simplemente
neutralizarlas, sino aprender a convivir con ellas y transformarlas en energía
de crecimiento. La ira, por ejemplo, puede ser reconducida hacia la firmeza y
la determinación; la tristeza puede abrir un camino hacia la empatía; el miedo
puede ser una invitación a la valentía.
El aporte más innovador del libro es quizás el concepto de “mente compasiva”. Tirch explica que, así como el mindfulness entrena la atención, la compasión entrena la actitud. Esta mente compasiva es un modo de conciencia que reduce la activación del sistema de amenaza (ansiedad, alerta, tensión) y fortalece el sistema de calma y seguridad (equilibrio, afecto, confianza).
El libro no se limita a la
teoría: ofrece técnicas concretas de intervención. Entre ellas se
destacan los ejercicios de respiración consciente, las meditaciones guiadas
de bondad amorosa (metta), las visualizaciones compasivas, las prácticas de
atención al cuerpo (body scan), y los métodos de observación del pensamiento
como si fueran hojas que flotan en un río o nubes que cruzan el cielo.
Todas estas herramientas buscan un mismo objetivo: que el paciente aprenda a
relacionarse con su experiencia interna de una manera menos rígida, menos
crítica y más flexible.
Tirch enfatiza que
esta integración de psicología budista y práctica cognitivo conductual no es
una moda pasajera, sino un cambio de paradigma. La psicología de tercera ola se
aparta del modelo médico centrado en la enfermedad y avanza hacia un modelo
existencial y humanista, donde lo importante no es curar síntomas sino enseñar
a vivir con plenitud. El sufrimiento no desaparece por completo, pero deja de
ser un obstáculo para convertirse en un camino de aprendizaje.
Otro punto que el
autor desarrolla con gran claridad es la motivación. La motivación en la
psicología budista no se basa en la búsqueda de placer ni en la evitación del
dolor, sino en el anhelo de liberación y compasión. Tirch sostiene que, en la
clínica, esta motivación se traduce en ayudar al paciente a descubrir valores
profundos que den sentido a su vida. Cuando la motivación se orienta hacia el
servicio, la creatividad o la conexión, el sufrimiento deja de percibirse como
un enemigo y se convierte en un aliado en la construcción de significado.
En términos técnicos, Tirch plantea que la integración entre psicología budista y terapias cognitivo-conductuales exige también un cambio en la posición del terapeuta. Ya no se trata de un experto que diagnostica y corrige, sino de un acompañante que modela con su propia actitud la atención plena, la aceptación y la compasión. La relación terapéutica se transforma así en un espacio seguro donde paciente y terapeuta practican juntos nuevas formas de ser y de estar.
Finalmente, el autor ofrece una reflexión ética. La psicología budista no puede separarse de la práctica de la compasión universal y la no violencia. Del mismo modo, la psicología clínica no debe limitarse a reducir síntomas individuales, sino que debe asumir un compromiso social y cultural: aliviar el sufrimiento en todas sus formas, desde la opresión estructural hasta la soledad personal. En este sentido, la integración entre budismo y psicología moderna abre la puerta a una práctica clínica más humana, más inclusiva y más responsable.
En conclusión,
Psicología Budista y Práctica Cognitivo-Conductual de Dennis Tirch es un libro imprescindible
para comprender hacia dónde se dirige la psicología contemporánea. No se trata
solo de añadir técnicas de meditación a la terapia, sino de transformar la
concepción misma de lo que significa sanar. El budismo nos recuerda que la
mente es libre cuando observa sin apego y cultiva compasión, y la psicología
cognitiva nos ofrece métodos experimentales y clínicos para aplicar esa
sabiduría en la vida cotidiana. Tirch logra unir ambos mundos en una síntesis
clara, práctica y profundamente esperanzadora: la liberación del sufrimiento es
posible cuando ciencia y espiritualidad se encuentran en el terreno común de la
experiencia humana.
Jack Kornfield,
psicólogo clínico formado en Harvard y monje budista en la tradición theravāda
durante años en monasterios de Tailandia, Birmania y la India. Su obra es un puente entre Oriente y
Occidente, entre la meditación y la psicología clínica, entre la tradición
milenaria del budismo y la necesidad actual de herramientas para afrontar el
sufrimiento cotidiano. Su enseñanza está dirigida a a hombres y mujeres insertos en la vida diaria, con trabajos, familias,
responsabilidades, vínculos y heridas.
El corazón, como eje
del libro, aparece no como un símbolo romántico sino como la metáfora más
precisa de la espiritualidad budista vivida con autenticidad. Kornfield nos
recuerda que la verdadera transformación
espiritual no ocurre en los
templos ni en los retiros prolongados, sino en el modo en que respondemos a nuestras emociones, en cómo
tratamos a quienes amamos y en cómo afrontamos los inevitables conflictos de la
existencia. Un camino espiritual sin corazón se convierte en dogma, en
técnica vacía, en ritual desprovisto de vida. Un camino con corazón es aquel
que nos devuelve a la raíz de lo humano: la capacidad de sentir, de amar, de
sufrir y de trascender. Kornfield describe cómo muchos practicantes confunden
la calma meditativa con una evasión emocional, convirtiéndose en sujetos
aparentemente serenos pero incapaces de reconocer su propia ira, su miedo o su
deseo. Denuncia también la tendencia al narcisismo espiritual, donde se utiliza
la meditación o el yoga para reforzar la autoimagen de perfección. De igual
modo, señala el riesgo del dogmatismo religioso, cuando los practicantes creen
poseer la verdad absoluta y se encierran en escuelas o tradiciones que
desprecian a las demás. Frente a estas trampas, Kornfield propone un antídoto
claro: la humildad, la compasión y la
práctica constante de la atención plena (mindfulness) aplicada a cada aspecto
de la vida.
En cuanto a las
técnicas de intervención psicológica y espiritual, Kornfield presenta la meditación de atención a la
respiración como base para entrenar la mente, pero la complementa con prácticas
de bondad amorosa (metta), de compasión (karuṇā),
de alegría compartida y de ecuanimidad. Estas no son meras
oraciones o repeticiones, sino verdaderos entrenamientos emocionales que
reeducan el corazón. La práctica de metta, por ejemplo, consiste en dirigir
frases de amor incondicional primero hacia uno mismo, luego hacia un ser
querido, después hacia una persona neutral, más tarde hacia alguien con quien
tenemos conflictos y finalmente hacia todos los seres. Este ejercicio no sólo
cultiva sentimientos positivos, sino que también desmonta la estructura
defensiva del ego, abriendo espacio para que emerja una motivación más
altruista y menos centrada en el yo.
Kornfield también se
refiere a la motivación como el combustible de toda
práctica. Para él, motivarse no es imponer un deber externo, sino reconectar
con el deseo profundo de vivir con plenitud. Propone recordar constantemente la
impermanencia: la certeza de la muerte y la fragilidad de todo lo que
amamos. Este recordatorio, lejos de ser macabro, se convierte en fuente de
intensidad vital. Saber que la vida es breve nos motiva a no desperdiciarla en
rencores, distracciones superficiales o persecución de ideales vacíos. La
motivación espiritual, en este sentido, no difiere de la motivación
psicológica en el deporte o en la clínica: ambas se sostienen en la claridad
del propósito y en la capacidad de orientar la energía hacia metas
significativas.
El autor nos invita a
entender la meditación no sólo como técnica individual, sino como intervención
psicológica integral. Relata casos de pacientes y practicantes que, mediante la
atención plena, lograron superar estados de ansiedad, depresión y
trauma. Kornfield integra aquí elementos de la psicoterapia occidental,
explicando que la práctica contemplativa funciona como un proceso de
reestructuración cognitiva, de regulación emocional y de exposición gradual a
los propios miedos. Esta convergencia con la psicología moderna demuestra que
el budismo no es una religión en el sentido tradicional, sino una psicología de
la experiencia humana con aplicaciones terapéuticas.
Un aporte fundamental
del libro es su visión de la comunidad (sangha)
como espacio terapéutico y espiritual. Kornfield insiste en que el despertar no
ocurre en aislamiento, sino en el contacto con otros. El amor, la empatía, la
compasión y el perdón sólo se ejercitan en la relación. Aquí encontramos un
paralelo con la psicología de grupo, la terapia familiar y el counseling: el
individuo no puede ser entendido sin su red de vínculos. Kornfield reconoce que
la comunidad sostiene al practicante en momentos de crisis, lo confronta con
sus propios límites y lo impulsa a crecer.
El Camino con Corazón,nos enseña a no separar lo
espiritual de lo cotidiano. El trabajo, la crianza, el amor, el duelo, la
enfermedad, la política, la amistad, todo se convierte en escenario de la
práctica. Kornfield demuestra que la espiritualidad es una necesidad humana fundamental. Nos recuerda que meditar es aprender a
vivir con más atención, que amar es la verdadera medida del despertar y que
transformar el sufrimiento es la tarea central de toda psicología auténtica.
Sus
técnicas de intervención (mindfulness, compasión, reestructuración emocional,
integración comunitaria) son tan útiles en la clínica como en la vida
personal. Su visión de la motivación, basada en la impermanencia y en el anhelo
profundo de sentido, es una de las aportaciones más valiosas a la psicología
contemporánea. Kornfield nos muestra que el camino espiritual no es una huida
del mundo, sino la posibilidad de vivirlo con más plenitud. Por ello, la frase
que sintetiza su enseñanza podría ser: todo camino debe tener corazón, porque
sin corazón ninguna técnica, ninguna doctrina y ninguna práctica tiene valor
real.
Psicología Holística e Integral Yoga (Srinivasan, Reddy, Banerji, Estévez Griego)
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
El libro de K. R.
Srinivasan, Integral Yoga and Human Psychology, es uno de
los intentos más sólidos y consistentes por presentar el Yoga Integral de Sri
Aurobindo en diálogo con la psicología académica y científica moderna.
Srinivasan busca establecer un puente entre el pensamiento oriental y la ciencia
psicológica occidental, mostrando que el Yoga Integral no es únicamente un
sistema de disciplina espiritual, sino también una psicología del ser humano en
toda su complejidad.
Desde el inicio, el
autor plantea que la psicología que se enseña en las universidades occidentales
ha estado fragmentada: por un lado, reducida a explicaciones mecanicistas o
biologicistas, y por otro, a teorías especulativas que no alcanzan a integrar
la totalidad del ser. Frente a esta dicotomía, Srinivasan propone que el Yoga
Integral debe considerarse como una ciencia de la conciencia, que incluye tanto
los procesos conscientes como los inconscientes, los vitales, los mentales y
los espirituales. De este modo, nos invita a superar la visión parcial de la
mente como una mera función cerebral para entenderla como parte de un proceso
evolutivo de la conciencia universal. Uno de los aspectos más relevantes del
libro es que Srinivasan presenta con claridad la cartografía psicológica de Sri
Aurobindo, señalando las diferencias entre lo físico, lo vital, lo mental y lo
supramental, sin olvidar la centralidad del ser psíquico. Mientras que Freud
había descubierto el inconsciente reprimido y Jung los arquetipos colectivos,
Aurobindo —según explica Srinivasan— mostró que la psique humana está abierta a
planos de conciencia superiores y cósmicos que transforman radicalmente la experiencia
del individuo. Así, la psicología integral no es solo descriptiva, sino también
transformadora, pues no se limita a explicar los conflictos, sino que apunta a
la evolución de la personalidad hacia su plenitud.
El texto insiste en
que esta psicología es, al mismo tiempo, teoría y práctica. El Yoga Integral
ofrece métodos de autoconocimiento que funcionan como técnicas psicológicas: la
concentración, la meditación, la entrega al ser psíquico, la purificación del
vital, el silencio mental y la apertura a lo supramental. Srinivasan observa
que estos métodos son comparables a técnicas de intervención psicológica
modernas como la terapia cognitivo conductual, la terapia humanista o las
terapias de tercera ola (mindfulness, ACT, compasión), pero advierte que el
Yoga Integral va más allá porque no se conforma con aliviar síntomas, sino que
busca transformar la raíz misma de la conciencia.
Srinivasan dedica un análisis importante a la motivación y la voluntad, mostrando que el Yoga Integral propone un modelo de crecimiento donde la energía de los instintos puede ser sublimada y dirigida hacia fines espirituales. Para el Yoga Integral, la energía vital no debe ser sofocada, sino transformada; no debe ser reprimida, sino dirigida hacia un propósito mayor. En este sentido, Srinivasan recupera la noción de Sri Aurobindo de la “transformación supramental” como el horizonte de toda psicología del futuro. Otro punto destacado del libro es la reflexión sobre la educación y el desarrollo humano. Srinivasan muestra cómo la psicología integral puede aplicarse en la educación, tal como lo hicieron Aurobindo y La Madre en el ashram de Pondicherry. Allí, el énfasis estaba en el crecimiento armónico del niño en sus dimensiones físicas, vitales, mentales, psíquicas y espirituales, rechazando los modelos educativos basados en la competencia o en la mera acumulación de información. Esta visión educativa constituye un aporte fundamental a la psicología del desarrollo, porque propone un modelo de formación de la personalidad centrado en el descubrimiento del ser interior.
El autor también realiza una comparación crítica con las corrientes occidentales. Reconoce en Freud el descubrimiento de la fuerza de lo inconsciente, en Jung la visión de los arquetipos y en la psicología humanista la valoración del crecimiento personal, pero sostiene que ninguna de estas corrientes llega a una verdadera integración. La psicología existencial se queda en el drama humano sin abrirse al supraconsciente, y la psicología cognitiva reduce la mente a un procesador de información. Solo el Yoga Integral, con su visión de totalidad, logra una síntesis que respeta lo corporal y lo espiritual, lo individual y lo cósmico.
Srinivasan Habla de energía, de motivación, de procesos
mentales, de emociones y de conducta, pero siempre desde una perspectiva
evolutiva que apunta a la transformación espiritual.
En conclusión,
Integral Yoga and Human Psychology es una obra clave para comprender cómo el
Yoga Integral puede ser entendido no solo como un camino espiritual, sino como
una auténtica psicología del ser humano. Nos muestra que la mente, el cuerpo y
el espíritu no son compartimentos aislados, sino dimensiones de una única
realidad que debe ser integrada. Y nos recuerda que toda psicología que se
limite a lo patológico o a lo parcial está incompleta si no se abre a la
posibilidad de lo trascendente
La obra del Dr. V. Madhusudan Reddy, Integral Yoga Psychology, es uno de los intentos realizados en India para traducir la visión de Sri Aurobindo y La Madre al lenguaje de la psicología contemporánea. Su objetivo no fue simplemente interpretar las intuiciones de Aurobindo desde un prisma académico, sino mostrar que el Yoga Integral posee un verdadero sistema psicológico, coherente y aplicable, con fundamentos claros y con técnicas que permiten una transformación integral del ser humano.
El punto de partida
de Reddy es que la psicología moderna —con sus divisiones en psicoanálisis,
conductismo, gestalt, cognitivismo y demás corrientes— se ha quedado confinada
en la superficie de la mente. En cambio, la Psicología Integral busca una
comprensión de todos los planos de la conciencia: físico, vital, mental,
psíquico y supramental. No es solo un sistema teórico, sino una ciencia de
la experiencia interior, cuyo propósito último no es explicar, sino transformar.
En este sentido, el
fundamento central de la Psicología Integral es la existencia de una conciencia
evolutiva que atraviesa toda la vida y se dirige hacia un estado superior: lo
supramental. Esta visión no se limita a describir fenómenos psicológicos, sino
que los integra dentro de un proceso cósmico y evolutivo. El ser humano es
visto como un campo de fuerzas, donde lo biológico, lo emocional, lo racional y
lo espiritual se entrelazan. La psicología, entonces, no es una ciencia de
la patología ni de la mera adaptación, sino una disciplina de autoformación y
crecimiento.
El Dr. Reddy subraya
que todo verdadero sistema psicológico debe estar basado en la experiencia
vivida y no únicamente en el análisis externo. Por eso recurre a técnicas
específicas que el Yoga Integral propone como medios de investigación interior.
Entre ellas, destacan:
1. El autoestudio consciente
(self-observation) como técnica de vigilancia mental constante. El
practicante observa el fluir de sus pensamientos, emociones e impulsos, sin
identificarse, reconociendo la raíz de cada uno. Esto desarrolla desapego,
claridad y dominio.
2. El control del pensamiento
(thought control) mediante el aquietamiento progresivo de la mente discursiva.
La meta no es la represión, sino permitir que surja un silencio receptivo donde
lo superior pueda manifestarse.
3. La transformación de las emociones a
través del cultivo de sentimientos positivos —paz, compasión, apertura,
aspiración— y la eliminación de emociones perturbadoras como la ira, la envidia
y el miedo. Aquí Reddy se acerca a las técnicas modernas de regulación
emocional, pero las integra en un marco espiritual.
4. El trabajo con la voluntad. El
Yoga Integral enseña a dirigir la voluntad hacia una finalidad evolutiva. La
voluntad no es solo esfuerzo personal, sino también apertura a una Voluntad
superior que guía el proceso.
5. El despertar psíquico. Reddy
recalca la centralidad del “psíquico” o alma en evolución, núcleo divino del
ser. El contacto con el psíquico permite un reordenamiento completo de la
personalidad: la mente se vuelve clara, la vida emocional se purifica, y el
cuerpo encuentra una nueva armonía.
6. La entrega (śaraṇāgati)
como técnica interior. No se trata de resignación pasiva, sino de una
orientación activa de toda la conciencia hacia la Luz superior, que se
convierte en el verdadero motor de la transformación.
Los fundamentos de
esta psicología descansan en una visión teleológica y evolutiva: todo ser
humano, más allá de sus limitaciones, está llamado a una expansión de la
conciencia. A diferencia de la psicología occidental, que se ocupa en gran
medida de la enfermedad, el Yoga Integral propone una psicología de la
plenitud. No se centra en la patología, sino en el florecimiento de
potencialidades dormidas.
El Dr. Reddy compara
este enfoque con las limitaciones de Freud y Jung: el primero detenido en la
sexualidad como energía fundamental, el segundo en los arquetipos colectivos.
Aurobindo y la Psicología Integral, en cambio, apuntan a una energía de
conciencia más profunda, que no es solo pulsional o simbólica, sino evolutiva y
supramental.
Entre las técnicas
más destacadas que presenta este sistema se encuentran también: la práctica
del silencio interior, la disciplina del Prāṇāyāma
consciente para armonizar energía vital y mente, el cultivo de la atención
plena (similar al mindfulness moderno, pero con propósito trascendente), y
la meditación en el corazón psíquico, orientada a descubrir el núcleo
más íntimo del ser.
El gran aporte de
Integral Yoga Psychology es que demuestra cómo estos fundamentos y técnicas constituyen
una auténtica psicología aplicada. Pueden ser utilizados tanto en el
crecimiento personal, como en la psicoterapia y en la educación. Para Reddy, el
objetivo último de toda psicología debería ser integrar al individuo, no
fragmentarlo en síntomas o categorías. La mente, la vida y el cuerpo
necesitan encontrar un eje superior que les dé coherencia, y ese eje es el
Espíritu.
En conclusión, el
libro de Madhusudan Reddy marca un puente decisivo entre la tradición del Yoga
Integral y la psicología académica. Se trata de una visión holística y evolutiva de la mente humana. Sus fundamentos
muestran que el ser humano no puede ser reducido a lo fisiológico o a lo
inconsciente, sino que está abierto a una transformación espiritual. Y sus
técnicas confirman que la psicología del futuro no podrá dejar de lado las
prácticas interiores, porque son ellas las que permiten una verdadera
integración del ser.
Becoming One: The Psychology of Integral Yoga de Debashish Banerji Este libro, es un aporte fundamental dentro del campo de la psicología del yoga, pues se propone aclarar, sistematizar y al mismo tiempo actualizar la visión psicológica de Sri Aurobindo y La Madre. Su título —“Convertirse en Uno”— ya señala el eje central de todo su planteamiento: la unidad del ser humano con su propio núcleo psíquico y con la totalidad del universo. El proceso psicológico que describe el Yoga Integral no es meramente terapéutico ni limitado a la corrección de patologías, sino que es transformador, evolutivo y espiritual. El fundamento de esta psicología radica en una visión amplia del ser humano. No es visto como una máquina biológica con pensamientos y emociones, sino como una tríada viva de cuerpo, mente y espíritu en continuo desarrollo.
El Yoga Integral afirma que la conciencia es el principio ordenador del cosmos. Desde esta óptica, Becoming One nos invita a leer la psicología como una ciencia del despertar de esa conciencia, ciencia que a la vez se experimenta en lo interior y se aplica en la vida diaria.
El texto plantea que
la psicología del Yoga Integral descansa en tres ejes fundamentales: primero,
el reconocimiento del alma psíquica como el núcleo más verdadero del
individuo; segundo, la comprensión de los planos de conciencia (físico,
vital, mental, supramental) como niveles que deben integrarse; y tercero, la
orientación de toda la vida hacia un proceso de transformación integral, en el
que no se busca escapar del mundo sino divinizarlo.
En el plano de las técnicas psicológicas, el libro explica cómo el Yoga Integral propone prácticas específicas que son a la vez simples y profundas.
La primera es la observación consciente de la mente, semejante a la vigilancia cognitiva en psicología moderna. El practicante aprende a descubrir las raíces de sus pensamientos y a no identificarse con ellos. Esto implica un descentramiento del ego y la apertura a una mente más clara y silenciosa.
La segunda técnica
es el dominio de las emociones. Aquí no se trata de reprimirlas, sino de
transformarlas en energías de aspiración, entrega y amor universal. La ira, el miedo
o la tristeza pueden convertirse, con la práctica, en fuerzas de impulso hacia
lo superior. Esta dimensión conecta directamente con lo que hoy llamamos
inteligencia emocional, pero con un sentido espiritual más profundo.
La tercera técnica
es la concentración y meditación. A diferencia de otras escuelas, el Yoga
Integral ofrece diferentes vías
adaptadas a cada temperamento: concentración en la mente, en el corazón, en la
respiración, en un mantra, o en la sensación de apertura hacia lo supramental.
El objetivo es generar un estado de silencio receptivo, donde lo superior pueda
manifestarse.
La cuarta técnica
es la entrega (śaraṇāgati),
que significa orientar toda la vida interior hacia una conciencia más alta.
Esta entrega no es pasividad, sino confianza activa y colaboración consciente
con un proceso evolutivo mayor que nos trasciende. Es, podríamos decir, la
técnica suprema del Yoga Integral, pues integra todas las demás.
El libro también aborda los fundamentos éticos y sociales de esta psicología. El ser humano, en su proceso de convertirse en uno, no solo trabaja sobre sí mismo, sino que debe transformar su relación con los demás. Aquí la psicología integral se convierte en psicología relacional y comunitaria. La superación del egoísmo y la apertura a la colectividad son condiciones necesarias para la evolución de la conciencia. El individuo encuentra su verdadera libertad no en aislarse, sino en participar de una armonía mayor.
la Psicología Integral propone una visión que abarca no solo lo inconsciente y lo racional, sino también lo supraconsciente, aquello que trasciende la mente ordinaria. Desde un punto de vista técnico, el libro muestra cómo las intervenciones psicológicas del Yoga Integral no se reducen a métodos clínicos, sino que abarcan todo el estilo de vida: la forma de pensar, de sentir, de relacionarse, de trabajar, incluso de alimentarse y descansar. La integración de lo físico, lo mental y lo espiritual convierte a esta psicología en un verdadero arte de vivir.
En síntesis, Becoming One: The Psychology of Integral Yoga no es solo un tratado teórico, sino una invitación práctica a participar en el gran experimento evolutivo que Sri Aurobindo planteó. Su propuesta central es que la verdadera psicología no debe limitarse a analizar síntomas o a buscar adaptaciones funcionales, sino que debe apuntar al florecimiento completo del ser humano. El camino para “convertirse en uno” es el camino hacia la verdadera libertad, donde el espíritu se manifiesta plenamente en la mente y el cuerpo, y la vida entera se convierte en un vehículo de conciencia.
Maitreyananda- Fernando Estevez Griego se propone rescatar y fundamentar: el ser humano como unidad indivisible de mente, cuerpo y espíritu, un sistema integrado que solo puede comprenderse desde una visión amplia e integradora. Plantea que la psicología debe superar la fragmentación de escuelas y dogmas. Se trata de de reconocer que cada una de esas perspectivas contiene verdades parciales que necesitan ser ordenadas e integradas en un marco holístico. A este método lo denomino holosis, en contraposición al análisis tradicional. El análisis divide, fragmenta y examina, y es útil, pero insuficiente si no se completa con la holosis, que integra, relaciona y recompone en un todo. Solo a partir de esa doble operación —análisis y holosis— podemos acercarnos a comprender la personalidad total del individuo y su inserción en los sistemas sociales y ambientales que lo rodean.
La psicología
holística que propone, parte de un supuesto esencial: el ser humano no es
únicamente lo que piensa ni únicamente lo que hace, sino, sobre todo, lo que
siente. El espíritu no es un alma inmortal en sentido religioso, sino el mundo
afectivo y energético que se manifiesta en emociones, pasiones y sentimientos.
Ese espíritu es real, observable, estudiable y modificable.
Es allí donde se
alojan nuestras motivaciones más profundas, donde se generan nuestras
alegrías y nuestras angustias, y desde donde irradiamos tanto nuestra
creatividad como nuestras patologías. Lo espiritual no debe confundirse con lo
religioso: el arte es espiritual, la compasión es espiritual, la búsqueda de
sentido es espiritual, aunque nada de ello implique necesariamente religión.
Esta diferenciación es crucial, porque la psicología no puede sostener
categorías indemostrables como el alma; debe trabajar con lo vivencial, lo
afectivo y lo energético que se expresa en la existencia concreta.
La estructura mental que presenta se organiza en seis funciones: la mente consciente, que percibe y se da cuenta; la mente intelectual, que razona y discierne; la mente inconsciente, que guarda los impulsos, deseos y motivaciones básicas; la mente egotista, que nos da identidad individual y genera las máscaras sociales; la mente preconsciente, que maneja la memoria inmediata; y la mente subconsciente, que conserva la memoria profunda y los programas vitales. Estas funciones son dinámicas y se interrelacionan, generando procesos psico–somato–noológicos que integran lo mental, lo corporal y lo espiritual. En la base de la psicología holística se encuentran las motivaciones.
Maitreyananda sostiene que el comportamiento humano nace de un conjunto de impulsos fundamentales: nutrición, vitalidad, sexualidad, dominio o poder, y gloria. Estos impulsos, entrelazados, se manifiestan en la vida cotidiana en forma de anhelos, frustraciones, éxitos o neurosis. A ellos se suman dos principios reguladores que ordenan nuestra existencia: el principio de placer, que nos impulsa a la satisfacción inmediata, y el principio de armonía, que busca el equilibrio y la calma. Toda vida humana oscila entre estos dos polos. Cuando las motivaciones encuentran vías de expresión saludables, la persona florece; cuando se reprimen o distorsionan, surgen las patologías.
La psicología holística reconoce que la inadaptación —social, ambiental, sentimental o cognitiva— es uno de los problemas centrales de nuestra disciplina. Un individuo que no logra adaptarse al sistema en el cual vive, sufre inevitablemente. Esa inadaptación puede derivar en patología, en marginalidad o en sufrimiento interior. Pero también puede convertirse en rebeldía creativa, en arte, en espiritualidad. Por eso sostiene que debemos estudiar siempre al ser humano in situ, en su contexto vital, y no como un ente abstracto. Cada persona es inseparable de la red de sistemas que integra: familia, cultura, sociedad, medio ambiente.
El psicoanálisis aporta una comprensión profunda de la represión y del inconsciente; la psicología cognitiva nos da herramientas para modificar creencias y pensamientos; la humanista nos recuerda la centralidad de la experiencia subjetiva; la conductual ofrece métodos de entrenamiento conductual; la logoterapia nos devuelve la pregunta por el sentido; y la psicología transpersonal nos abre a los estados ampliados de conciencia. Todas estas corrientes son valiosas, pero ninguna debe convertirse en dogma. La psicología holística las articula en un sistema abierto, dinámico, dispuesto siempre a incorporar nuevas técnicas e investigaciones.
Este libro, no busca fundar una escuela cerrada, sino abrir un camino. Invita a psicólogos, terapeutas, educadores, artistas y buscadores a pensar al ser humano en toda su amplitud: como cuerpo que actúa, como mente que piensa, y como espíritu que siente. Aspira a que la psicología sea, finalmente, una ciencia del ser humano completo, y no de sus fragmentos.
Segun Maitreyananda el propósito de la psicología holística es
integrar, armonizar y dar sentido. Si logramos comprender que la verdadera
esencia de la persona no está solo en lo que piensa ni en lo que hace, sino en
lo que siente. En el Modelo de
Organización Mental Holística, distingue seis funciones fundamentales: la
consciente, la intelectual, la inconsciente, la egotista, la preconsciente y la
subconsciente. Estas seis funciones no son compartimentos cerrados, sino modos
de operar de la mente, dimensiones activas que se interrelacionan
permanentemente.
La
primera de estas funciones es la Mente Consciente.
Es la que se percata, la que atiende, la que nos informa del mundo exterior.
Gracias a ella nos damos cuenta de lo que ocurre en nuestro entorno y en
nuestro propio cuerpo. Es el nivel de la atención y de la percepción inmediata, es la mente
consciente la que registra y transmite información. No obstante, esta
función no se limita a ser una simple receptora pasiva: filtra, selecciona y
organiza lo que percibe. La conciencia es, la puerta de entrada
al sistema mental, pero una puerta que discrimina y decide qué ingresa y qué se
descarta.
La
segunda función es la Mente Intelectual o Racional–Discerniría.
Es el proceso por el cual pensamos, analizamos, comparamos, razonamos y
reflexionamos. La mente intelectual opera con las percepciones que le provee la
conciencia y con los recuerdos que le aporta la memoria. Genera asociaciones,
proyecta imágenes, elabora hipótesis. Aquí se sitúa el terreno de la lógica,
del pensamiento discursivo, del juicio. Sin embargo, esta función depende de la calidad de la información que recibe y de las
influencias del mundo afectivo. La razón es un
órgano en diálogo constante con las emociones y con el cuerpo.
La
tercera función es la Mente Inconsciente. Ella contiene los
impulsos vitales, los deseos, los anhelos y las motivaciones más profundas. Es
el lugar donde se gestan nuestras pasiones, donde se encienden los instintos de
nutrición, sexualidad, dominio, gloria y conservación. Desde el inconsciente
emergen las fuerzas que movilizan al organismo hacia el placer, la armonía o la
autodestrucción. Esta función dialoga directamente con el cuerpo, produciendo
somatizaciones positivas o negativas. En la concepción holística, el
inconsciente no es solo un depósito de contenidos reprimidos, como lo pensaba
Freud, sino una fuente energética que regula la vida y que se expresa en
emociones, sueños, síntomas y actos fallidos.
La
cuarta función es la Mente Egotista. Es la que nos otorga
identidad y nos hace sentirnos un “yo” diferenciado del entorno. Tiene
diferentes yoes, o egos, muy distintos entre sí. Genera la persona, la máscara,
el carácter momentáneo con el cual nos presentamos ante los demás. Cuando digo
“yo estoy alegre”, “yo estoy triste”, “yo estoy enamorado”, estoy operando
desde esta función. La mente egotista construye el sentido de individualidad,
pero también puede deformarlo al identificarse con máscaras rígidas o con
defensas sociales. La mente egotista es indispensable para la vida
social, pero necesita ser reconocida como función transitoria y no como esencia
absoluta.
La
quinta función es la Mente Preconsciente. Es el almacén de la
memoria inmediata, la antesala entre lo consciente y lo subconsciente. Aquí se
guarda la información que utilizamos con frecuencia: conocimientos profesionales,
recuerdos cercanos, datos que podemos recuperar con rapidez. El preconsciente
es el escritorio mental en el que colocamos los papeles que necesitamos tener a
mano. Desde aquí se alimenta tanto el razonamiento intelectual como la memoria
a largo plazo. Es una función crucial para comprender cómo accedemos a la
información y cómo organizamos nuestro aprendizaje.
La
sexta función es la Mente Subconsciente. Es el archivo
profundo de la memoria y el núcleo de la identidad. Contiene tanto los
programas genéticos heredados como las experiencias adquiridas a lo largo de la
vida. Aquí se depositan los recuerdos de la infancia, las vivencias
emocionales, las huellas somáticas. Es la base sobre la cual se construyen el
carácter y el temperamento. El subconsciente alimenta al inconsciente, sostiene
a la mente egotista y provee datos al preconsciente. Además, actúa como
programador del comportamiento, al conservar patrones de respuesta que
condicionan nuestra manera de sentir y de actuar.
Estas seis funciones
no operan de manera aislada. Forman un sistema dinámico en
el que la información circula continuamente. La percepción consciente registra
un estímulo, el preconsciente lo mantiene disponible, el subconsciente lo
archiva, la mente intelectual lo analiza, el inconsciente lo carga de energía y
la mente egotista lo incorpora a la identidad personal. Ese circuito se repite
sin cesar en cada acto de nuestra vida cotidiana. Pero lo más importante es que
en cada punto de ese proceso intervienen también el cuerpo y el espíritu. La mente no es solo una actividad cerebral,
sino un fenómeno psico–somato– noológico que involucra sensaciones corporales,
emociones espirituales y representaciones mentales en un mismo movimiento.
Psicología de Śaṅkara
(Advaita Vedānta, s. VIII d.C.)
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
Enfoque general:
Śaṅkara
plantea que la raíz del sufrimiento es la ignorancia
(avidyā) que nos hace identificarnos
con el cuerpo, la mente y los sentidos, creyendo que son el yo. La psicología
consiste en discernir entre lo real (ātman, conciencia pura) y lo ilusorio
(anātman, lo transitorio).
Aparato mental: El
instrumento interno (antaḥkaraṇa) tiene cuatro funciones.
Manas: mente
sensorial que duda y compara.
Ahaṃkāra:
ego, apropiación del “yo”.
Buddhi: intelecto
discriminativo que decide.
Citta: memoria y
flujo de impresiones.
Estas funciones son
útiles, pero no son el verdadero yo.
Dinámica
psicológica -El error central es la adhyāsa
(superposición): atribuir al ātman cualidades de la mente y del cuerpo,
confundiendo lo eterno con lo transitorio. Los deseos, pasiones y apegos surgen
de esta confusión, atrapando al individuo en sufrimiento.
Técnicas
psicológicas: Neti-neti: “no soy esto, no soy aquello”,
desidentificación progresiva de cuerpo, mente y emociones.
Viveka:
discernimiento constante entre lo real y lo ilusorio.
Vairāgya:
desapego, debilitando el poder de los deseos.
Sādhana-catuṣṭaya:
cuatro entrenamientos mentales —discernimiento, desapego, disciplina interior y
anhelo de liberación—.
Meditación en la
identidad de ātman con brahman: contemplación que transforma la visión de la
realidad.
Visión
terapéutica: Śaṅkara propone una psicología de
desidentificación: la mente se purifica al reconocer su carácter ilusorio, y la
conciencia se experimenta como pura, indivisible y eterna.
Psicología de Nāgārjuna (Mādhyamaka, s. II d.C.)
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
Enfoque
general: Nāgārjuna desarrolla la doctrina de la vacuidad (śūnyatā): todos los fenómenos carecen de existencia propia; surgen
solo en dependencia de causas y condiciones. El sufrimiento psicológico nace de
rectificar pensamientos, emociones y objetos, dándoles una solidez que no
tienen.
Aparato
mental: Nāgārjuna no propone un mapa detallado como el Sāṃkhya
o el Abhidharma. Su foco está en la estructura conceptual de la mente,
mostrando cómo los apegos surgen al absolutizar lo que es relativo.
Dinámica
psicológica: El error central es el prapañca
(proliferación conceptual): la mente fabrica elaboraciones y dualidades —ser/no
ser, yo/otro, eterno/aniquilado— que generan apego y miedo. El sufrimiento
surge de estas construcciones y de la ignorancia que las sostiene.
Técnicas
psicológicas: Análisis dialéctico: examinar
cualquier concepto y mostrar que no tiene existencia intrínseca.
Contemplación
de la originación dependiente (pratītya-samutpāda): todo surge en relación,
nada existe de manera aislada.
Meditación
en la vacuidad: entrenar la mente en soltar fijaciones y apegos.
Desmantelamiento de extremos: evitar caer en eternalismo (“algo existe para
siempre”) o nihilismo (“nada existe”).
Silencio mental:
cuando se comprende la vacuidad, la mente deja de proliferar en elaboraciones.
Visión
terapéutica: Nāgārjuna propone una psicología de la deconstrucción mental: liberar
la mente de fijaciones conceptuales y dualistas. Al ver la vacuidad, el
apego y el miedo se disuelven, generando compasión y sabiduría.
De la teoría a la clínica integrativa (Auriol, Fraile, Kabat-Zinn)
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
Yogaterapia del Dr. Bernard Auriol, uno de los pioneros de la psicoterapia basada en yoga
Orígenes e historia El término yoga therapy fue acuñado en 1970 por el Dr. Bernard Auriol, un médico psiquiatra y psicoanalista francés especializado en estados de conciencia y la mente. Fue él quien introdujo la combinación de técnicas tradicionales del yoga con enfoques psicoterapéuticos modernos, y la promovió especialmente en Francia. Es amigo Maitreyananda
Protocolo
terapéutico y fundamentos Auriol desarrolló un enfoque
llamado yogaterapia de grupo, basado en integrar posturas de Hatha Yoga (asanas), respiración (prāṇāyāma) y meditación
dentro de un contexto psicoterapéutico. Esta técnica fue probada durante más de
dos años con pacientes internados en hospitales psiquiátricos, aportando
“resultados alentadores” especialmente en personas con neurosis,
mientras que para pacientes psicóticos se aconsejaba mayor cautela y
supervisión especializada Proceso terapéutico clave. Auriol conceptualizó esta
práctica como una forma de descondicionamiento semántico y somato-psíquico,
inspirándose en la semántica general norteamericana. El proceso consistía en
trabajar sobre el cuerpo y la mente a través de respiración, posturas estáticas
y atención a sensaciones (luminosas, acústicas, táctiles, cinestésicas), dentro
de un marco grupal orientado a reeducar y armonizar el psiquismo
Indicaciones
y condiciones advirtió que esta modalidad de
yogaterapia no es adecuada para pacientes psicóticos o muy inestables si se
practica de manera isolada sin supervisión. Sin embargo, observó beneficios
duraderos en pacientes con neurosis y destacó que las mujeres parecían
responder mejor que los hombres
Impacto
institucional Su trabajo fue pionero en el
desarrollo institucional de la yogaterapia en Francia. A partir de esa base se
fundaron la Institut de Yoga Therapy (IDYT) en 1993 y, más tarde, la Fédération
Française de Yoga Therapy (FFYT) en 2014, consolidando la práctica como
disciplina integrativa en el tratamiento de la salud mental-
Resumen la
Yogaterapia del Dr. Bernard Auriol propone una psicoterapia grupal que
integra yoga, respiración y meditación como herramientas terapéuticas para
neurosis, concebida como un método de armonización cuerpo-mente. Su enfoque
se fundamenta no solo en técnicas somáticas, sino también en una reforma
profunda del aparato psíquico a través de la experiencia consciente y corporal,
dentro de un marco clínico y grupal.
Yogaterapia del Dr. Miguel Fraile
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
Quién
fue- El Dr. Miguel Fraile fue médico especializado en
Medicina Interna por la Universidad Complutense de Madrid. Se formó también en
psicoanálisis, yoga y budismo, y a partir de esa integración desarrolló un
enfoque terapéutico en el que el yoga se convierte en herramienta de
autoconocimiento, medicina psicosomática y sanación integral.
Enfoque
multidisciplinar En su obra Yogaterapia combina
anatomía y fisiología con técnicas del yoga vistas desde la medicina, la
psicología y la perspectiva energética. Analiza las asanas, el pranayama y
la meditación no solo por sus efectos físicos, sino también por su impacto en
el aparato psíquico y emocional.
Yoga
como terapia psicosomática En su conferencia El yoga y sus
aspectos terapéuticos, Fraile expone que las posturas actúan como un masaje
sobre vísceras y tejidos, mejorando la circulación y la limpieza interna.
Afirma que la activación del sistema parasimpático mediante yoga promueve la
relajación, estimula neurotransmisores como serotonina y acetilcolina, y genera
un estado de “sereno vigor”: paz interna acompañada de energía vital.
Conexión
cuerpo–mente–emociones Fraile señala que el tono
muscular refleja la defensividad psicológica: la tensión sostenida indica
bloqueos emocionales. Propone que cada parte del cuerpo simboliza emociones
específicas: la parte frontal expresa ternura, el vientre guarda lo
subconsciente-emocional y la espalda refleja la lucha y la agresividad. El
desbloqueo corporal con yoga permite liberar esas emociones y reestructurar la
personalidad.
Contenido
del libro Yogaterapia El libro presenta capítulos sobre introducción al
yoga, anatomía, fisiología, técnicas respiratorias, efectos de las asanas desde
el punto de vista osteomuscular, aspectos complementarios terapéuticos,
psicopatología de la práctica yóguica, meditaciones y energías, y la relación
entre medicina psicosomática y fuerza del espíritu.
Síntesis
terapéutica La yogaterapia del Dr. Miguel Fraile entiende el yoga como un
proceso terapéutico integral. Parte del cuerpo y las técnicas psicofísicas,
desbloquea lo emocional, regula el sistema nervioso, armoniza la mente y
fortalece el espíritu. Es una psicología práctica aplicada a la salud, que
vincula lo físico, lo emocional y lo espiritual en una sola dinámica curativa.
Dr. Jon Kabat-Zinn y Mindfulness
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
Biografía
y formación Jon Kabat-Zinn nació en 1944 en
Estados Unidos. Se formó como biólogo molecular en el MIT, donde trabajó bajo
la dirección del premio Nobel Salvador Luria. Paralelamente se dedicó a la
práctica del budismo zen y vipassanā, así como al Hatha Yoga, buscando un
puente entre la ciencia moderna y las tradiciones de sabiduría. En 1979 fundó
la Clínica de Reducción del Estrés en la Universidad de Massachusetts, donde
creó el programa MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction).
El
programa MBSR El MBSR es un protocolo de ocho
semanas originalmente diseñado para pacientes con dolor crónico y estrés.
Combina ejercicios de yoga suave que permiten reconectar con el cuerpo, prácticas
de meditación mindfulness que cultivan la atención plena, el escáner
corporal o body scan que consiste en recorrer con la conciencia todo el
cuerpo, y técnicas de respiración consciente. La finalidad no es
eliminar el dolor, sino transformar la relación con él, aprendiendo a responder
en lugar de reaccionar.
Psicología
y terapia en Kabat-Zinn La propuesta psicológica de
Kabat-Zinn sostiene que el sufrimiento no proviene únicamente del dolor físico,
sino de la reacción automática de la mente frente al dolor y el estrés. La
práctica de mindfulness enseña a observar pensamientos, emociones y sensaciones
sin identificarse con ellos. El eje es cultivar aceptación, presencia y
compasión, rompiendo los ciclos de ansiedad, tensión y sufrimiento emocional.
Aportes
científicos Kabat-Zinn fue pionero en introducir
el yoga y la meditación en ensayos clínicos controlados. Sus investigaciones
mostraron que el MBSR reduce la ansiedad y la depresión, fortalece el sistema
inmune, disminuye la inflamación, mejora la regulación emocional mediante
cambios observables en el cerebro y aumenta la calidad de vida en pacientes con
cáncer, enfermedades cardíacas y dolor crónico.
Filosofía
de la Yogaterapia en Kabat-Zinn Aunque Kabat-Zinn no
usa la palabra yogaterapia, su propuesta puede considerarse una forma moderna
de ella. Integra asana y prāṇāyāma
de manera sencilla, utiliza la meditación como terapia cognitiva y
emocional, y convierte la práctica del yoga en un recurso clínico y científico,
accesible a cualquier paciente, sin necesidad de adoptar una religión o
filosofía oriental.
Obras
principales Entre sus obras destacan Full
Catastrophe Living (1990), donde expone los fundamentos del MBSR, Wherever You
Go, There You Are (1994), un manual sobre mindfulness en la vida cotidiana, y
Coming to Our Senses (2005), que explora la conexión entre los sentidos, la
conciencia y la salud. G. Síntesis
La yogaterapia de
Kabat-Zinn, aunque no nombrada como tal, representa un puente entre el yoga,
la meditación budista y la medicina científica. Su psicología
terapéutica se centra en la atención plena, la aceptación consciente del dolor
y la reeducación de la mente y el cuerpo. De esta manera transformó el yoga
en un lenguaje clínico universal, validado científicamente y aplicable en
hospitales, escuelas y empresas en todo el mundo.
Mapas de la mente y transformación
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
La obra de Georg
Feuerstein The
Psychology of Yoga se ha transformado en un referente ineludible para quienes
buscan comprender el yoga no solamente como disciplina espiritual o práctica
corporal, sino como un verdadero tratado de psicología aplicada a la mente
humana. Feuerstein, con su habitual rigurosidad filológica y su capacidad de
tender puentes entre Oriente y Occidente, toma como base las enseñanzas
clásicas del Yoga de Patañjali y las nutre con la tradición del Vedānta,
mostrando que ambas son expresiones de un mismo impulso por comprender la
conciencia, el sufrimiento humano y la posibilidad de liberación. El mérito
principal de este libro es su capacidad de situar al yoga en diálogo con la
psicología moderna, de modo que el lector descubre que detrás de las antiguas
categorías indias hay un entramado psicológico de gran sutileza que anticipa,
en muchos aspectos, los descubrimientos recientes de la psicología cognitiva,
humanista y transpersonal.
Feuerstein nos recuerda que Patañjali, en sus Yoga Sutras, concibió la mente (citta) como un campo dinámico de procesos, fluctuaciones y condicionamientos, cuya tendencia natural es dispersarse, divagar y quedar atrapada en hábitos inconscientes.
La definición célebre
del yoga como cittavṛtti-nirodhaḥ (“la detención de las fluctuaciones de la mente”)
es, según Feuerstein, la expresión más clara de una psicología de la
atención, de la regulación y del autocontrol. En este sentido, el yoga se
revela como una ciencia psicológica en sí misma, cuya finalidad es
transformar los procesos mentales en dirección a la claridad, la ecuanimidad y
la libertad interior. Feuerstein destaca que el Vedānta complementa esta
visión al introducir una perspectiva metafísica: el ser profundo del individuo,
el ātman, no está manchado por los procesos mentales, sino que es testigo
inmutable, pura conciencia. Así, mientras Patañjali trabaja en el plano
fenomenológico, el Vedānta apunta a la raíz ontológica del ser humano. El
vínculo de ambas corrientes constituye lo que Feuerstein llama “la psicología
de la trascendencia”.
Desde la óptica
contemporánea, Feuerstein traduce estos planteos al lenguaje de la psicología
moderna.
Los saṁskāras
(impresiones mentales acumuladas)
son entendidos como equivalentes a los esquemas cognitivos o a los patrones
inconscientes que guían el comportamiento.
El concepto de kleśa (aflicciones) se aproxima a las nociones de conflicto emocional y
disonancia cognitiva. Y la noción de vairāgya
(desapego) puede ser equiparada a las técnicas modernas de regulación
emocional y a la capacidad de distanciamiento cognitivo, hoy central en la
terapia de aceptación y compromiso (ACT) o en la práctica del mindfulness. De
este modo, Feuerstein no solo presenta la psicología del yoga como un sistema
coherente en sí mismo, sino que también la coloca en paralelo con las terapias
de tercera ola, mostrando que el yoga posee claves milenarias para abordar los
mismos problemas que enfrenta hoy la psicología clínica y existencial.
Uno de los aspectos
más notables del libro es cómo Feuerstein analiza la práctica del yoga como
un método gradual de reeducación de la mente.
El aṣṭāṅga
yoga o yoga de ocho pasos –yama, niyama, āsana, prāṇāyāma,
pratyāhāra, dhāraṇā, dhyāna y samādhi– es reinterpretado como un
proceso de intervención psicológica que va desde la regulación conductual y
ética (yamas y niyamas), pasando por la integración cuerpo–respiración (āsana y
prāṇāyāma),
hasta la interiorización de la atención (pratyāhāra) y la profundización en
técnicas de concentración y meditación (dhāraṇā y dhyāna). El
samādhi, lejos de ser una experiencia esotérica, aparece como el estado de
integración última de la personalidad, donde cesa la fragmentación interna y se
accede a un sentido de plenitud que Feuerstein compara con la autorrealización
descrita por la psicología humanista. El autor subraya, además, que la
psicología del yoga no es neutral desde el punto de vista ético.
El cultivo de la no
violencia (ahiṃsā),
de la veracidad (satya) y del autocontrol (brahmacarya) no son simples
preceptos religiosos, sino técnicas psicológicas destinadas a modelar la
conducta y a reestructurar la mente. Sin este basamento ético, sostiene
Feuerstein, la práctica meditativa carece de profundidad y puede incluso
desviar al practicante hacia estados ilusorios o patológicos.
Aquí la obra de
Feuerstein se acerca a las preocupaciones de Jung, quien también advertía sobre
el peligro de la inflación del ego y de la sombra cuando los métodos de
introspección no están acompañados de un marco ético y comunitario.
Maitreyananda
considera que el gran aporte de Feuerstein es haber devuelto al yoga su
condición de psicología, y no solo de sistema espiritual. Con este gesto, rompe
la falsa dicotomía entre ciencia y mística, mostrando que ambas buscan comprender
la mente humana, aunque utilicen lenguajes distintos. Si Freud descubrió la
existencia de un inconsciente dinámico, Patañjali ya había descrito el
inconsciente en términos de vāsanās y saṁskāras. Si la psicología moderna
se preocupa por la ansiedad, la depresión o el trauma, el yoga ya había
advertido sobre el sufrimiento inherente a la ignorancia (avidyā) y había
ofrecido un método sistemático para trascenderlo.
El
libro, en definitiva, es un llamado a reconocer que el yoga no es únicamente un
camino religioso ni un conjunto de técnicas físicas, sino una ciencia de la
mente y del espíritu. Su propuesta de integrar las categorías de la
psicología moderna con las del yoga clásico abre una vía fecunda para investigadores,
psicoterapeutas, educadores y practicantes. La psicología del yoga se convierte
así en una herramienta para el autoconocimiento, el desarrollo de la conciencia
y la transformación de la vida cotidiana. Feuerstein nos invita a pensar que,
quizás, la verdadera ciencia de la mente no esté en inventar nuevos modelos
teóricos, sino en redescubrir y reinterpretar los modelos que civilizaciones
milenarias ya habían elaborado con admirable claridad y vigencia.
El libro The
Psychology of Kundalini Yoga de Carl Gustav Jung, es el resultado de
sus seminarios dictados en Zúrich en 1932, constituye un texto central para
comprender cómo la psicología analítica dialoga con la tradición oriental. No
se trata de una obra sistemática escrita por Jung, sino de transcripciones que
muestran la espontaneidad y la claridad con la que interpretaba símbolos,
textos y prácticas del yoga tántrico a través de la lente de la psicología
profunda.
El punto de partida
de Jung es la metáfora de la kundalini, la energía enroscada en la base de la
columna, que en la tradición india simboliza el potencial espiritual latente.
Para Jung, esa serpiente no debía ser interpretada como una fuerza fisiológica
literal, sino como la representación de la libido psíquica, la energía vital
que impulsa la evolución de la conciencia. Así como Freud había reducido la
libido a lo sexual, Jung la amplió para abarcar todo proceso vital y creativo,
y vio en la kundalini un símbolo de esa energía cuando se despierta y asciende
hacia estadios de integración más altos.
Uno de los mayores
aportes de Jung en este seminario es la interpretación de los chakras como
representaciones simbólicas de diferentes niveles de conciencia. El mūlādhāra
corresponde a la base instintiva, lo puramente material y biológico; el svādhiṣṭhāna
expresa las aguas del inconsciente personal, donde habitan los deseos y
pasiones; el maṇipūra manifiesta el ego y la voluntad de poder; el
anāhata abre la dimensión transpersonal del amor y la compasión; el viśuddha
simboliza la palabra creadora y la capacidad de elaborar símbolos; el ājñā
señala la integración de los opuestos, la visión de la totalidad; y el
sahasrāra, el loto de mil pétalos, apunta a lo inefable, al absoluto que escapa
a toda definición psicológica.
Esta lectura jungiana
transformó lo que era un mapa místico en una verdadera cartografía de la mente.
El ascenso de la kundalini es, entonces, la metáfora del proceso de
individuación: el camino que lleva al ser humano desde la identificación con
los instintos y el ego hasta la integración de su totalidad psíquica. Cada
chakra es un obstáculo y, al mismo tiempo, una puerta. Cada nivel implica
enfrentarse a las fuerzas arquetípicas que se manifiestan en sueños, visiones y
síntomas. El paso de un chakra a otro es comparable al rito de iniciación o al
viaje del héroe de los mitos universales. Por eso Jung veía en este simbolismo
indio una expresión de lo que él llamaba el inconsciente colectivo: el
depósito de imágenes arquetípicas que son comunes a toda la humanidad.
Jung era consciente de que
el yoga, en su forma tradicional, estaba enraizado en una cosmovisión muy
distinta a la occidental. El practicante europeo moderno, sin la estructura
cultural y religiosa de la India, corría el peligro de caer en inflaciones del
ego, en ilusiones espirituales o en una negación de su propia realidad
psicológica. Por eso insistía en que el verdadero valor del yoga kundalini
para Occidente era simbólico y psicológico: ofrecía un lenguaje para comprender
las experiencias interiores que, de otro modo, quedarían sin marco de
interpretación.
A través de la
kundalini, Jung reconocía la posibilidad de traducir la experiencia espiritual
en términos de psicología profunda. El despertar de esta energía no es,
entonces, un fenómeno sobrenatural, sino un proceso interior que acontece
cuando el individuo se confronta con sus propias sombras y arquetipos,
liberando fuerzas creativas y transformadoras. Así, el yoga kundalini se
convierte en un espejo del proceso analítico: el paciente, como el yogui, debe
atravesar etapas de integración y reconciliación de opuestos hasta alcanzar una
totalidad interior.
En el análisis
detallado que Jung realiza de cada chakra, se observa su esfuerzo por encontrar
correspondencias con categorías psicológicas occidentales. El maṇipūra,
por ejemplo, lo relaciona con la fase en que el ego se fortalece y busca
imponer su dominio; el anāhata, en cambio, con la emergencia de lo
transpersonal, cuando el individuo descubre que su vida tiene sentido más allá
del ego. El ājñā lo interpreta como la experiencia de totalidad, semejante a la
unión de consciente e inconsciente en la individuación. Finalmente, el sahasrāra
le parece una metáfora tan radical de lo absoluto que declara que no pertenece
al terreno de la psicología, sino a lo inefable que sólo puede ser sugerido.
La riqueza del texto
reside también en cómo Jung compara la experiencia de la kundalini con símbolos
universales: la escalera de Jacob, el viaje de Dante, el mito de Fausto, la
alquimia medieval. Para él, todas estas tradiciones hablan de lo mismo: el ascenso
de la conciencia hacia una totalidad que no anula lo humano, sino que lo
integra en una dimensión más amplia. El yoga kundalini es, en este sentido,
otra forma de expresar lo que la humanidad siempre ha buscado: el despertar
interior.
Maitreyananda ,
considera que este libro es una pieza clave para comprender el puente entre
psicología y espiritualidad. Jung traduce los símbolos del yoga a un lenguaje
comprensible para la mente moderna. Al mismo tiempo, advierte sobre los
peligros de confundir lo espiritual con lo literal, y de usar prácticas
ancestrales sin el debido cuidado. Su aporte es, darnos un mapa
psicológico universal: mostrar que el viaje del yoga y el viaje del análisis
son dos formas de narrar la misma aventura humana.
Hoy, en un mundo
donde las terapias de tercera ola como el mindfulness o la terapia de
compasión recurren al budismo y al yoga para enriquecer la clínica psicológica,
el texto de Jung mantiene una vigencia sorprendente. Nos recuerda que detrás de
toda técnica hay símbolos, y que los símbolos son el lenguaje de lo
inconsciente. La kundalini no es sólo una energía que asciende: es la imagen de
la vida misma en su lucha por integrar los opuestos, superar las divisiones y
alcanzar la plenitud del ser.
En
conclusión, La Psicología del Yoga Kundalini no es simplemente un
seminario sobre prácticas orientales, sino un manifiesto sobre la capacidad
del ser humano para transformar su conciencia. Jung nos invita a leer el
yoga como una psicología simbólica que refleja, en sus imágenes, el drama
universal de la mente. Y aunque advierte que el yoga tradicional no puede ser
trasplantado sin más a Occidente, nos entrega una visión profunda que sigue
inspirando a psicólogos, terapeutas y buscadores espirituales: la idea de que el
camino hacia la totalidad siempre ha sido, y será, un viaje de ascenso
interior.
El libro Integral Yoga Psychology de Debashis Chatterjee
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
es una de las obras más
significativas en el intento contemporáneo de articular las enseñanzas de Sri
Aurobindo y Mirra Alfassa (La Madre) con las corrientes modernas de la
psicología y de la ciencia de la mente. En él se plantea una visión
integradora y transformadora que no reduce la psicología a una
ciencia del comportamiento ni a una explicación mecanicista de los procesos
cognitivos, sino que la entiende como un camino de evolución de la
conciencia. Esta obra resulta particularmente relevante porque coloca al
yoga no como un simple conjunto de técnicas, sino como una psicología viva,
profunda y experiencial, que responde a los problemas de la vida moderna y
a la búsqueda de sentido. Chatterjee parte de la premisa de que el ser
humano no es un organismo cerrado ni una máquina programada, sino un ser
en evolución cuya conciencia se expande hacia niveles superiores. Retoma la
propuesta de Aurobindo: el hombre es un ser de transición, destinado a superar
la limitación del yo mental y abrirse a un estadio supramental. La psicología
del yoga integral, por lo tanto, no se limita a describir las funciones de
la mente, el cuerpo o la emoción, sino que investiga cómo estas instancias se
transforman al contacto con lo espiritual. En ese sentido, se diferencia
radicalmente de las psicologías académicas, que estudian al hombre tal como es,
mientras que el yoga lo estudia en lo que puede llegar a ser.
El aporte más valioso
de esta obra es el marco integral en el que concibe la psique. Chatterjee
explica que la mente ordinaria funciona en tres niveles: la mente superficial,
que se ocupa de los estímulos inmediatos; la mente interior, que guarda la
memoria, las impresiones y la imaginación; y la mente más profunda, que conecta
con la intuición y lo transpersonal. Pero a diferencia de los psicólogos
humanistas o transpersonales de Occidente, que suelen detenerse en la expansión
de la conciencia, Aurobindo y Chatterjee insisten en que hay un plano
supramental que trasciende incluso las categorías del pensamiento humano y que
constituye la verdadera meta evolutiva.
El yoga integral no
se ocupa solamente del yo psicológico, sino que abarca la totalidad del ser:
cuerpo, vida, mente, psique y espíritu. En esta visión, el
cuerpo no es una materia inerte, sino una forma de conciencia. Las emociones no
son simples respuestas adaptativas, sino energías que pueden transformarse en
fuerzas de amor y entrega. La mente, que normalmente se encuentra fragmentada,
puede abrirse a una mente iluminada y supramental que unifica conocimiento y
experiencia. El espíritu, en este esquema, no es algo abstracto ni ajeno al
mundo, sino la realidad más concreta y presente, que puede manifestarse en todos
los actos de la vida.
Un aspecto clave de
este libro es la propuesta metodológica de una psicología transformadora. Chatterjee
expone cómo la meditación, la autoobservación, la aspiración consciente y la
entrega interior son técnicas psicológicas que van mucho más allá de la simple
terapia. La disciplina del yoga integral busca no sólo curar síntomas o
mejorar el bienestar, sino lograr una verdadera mutación en la conciencia del
practicante. En este punto se diferencia de las psicoterapias occidentales, que
tienden a adaptarse a los condicionamientos sociales y culturales, mientras que
la psicología del yoga integral apunta a trascenderlos.
Maitreyananda
considera que la fuerza de esta obra radica en su capacidad de tender puentes
entre la tradición india de la introspección y el
autoconocimiento; y las corrientes psicológicas modernas que estudian
el desarrollo humano, la motivación, la cognición y las emociones.
Chatterjee demuestra que ambos enfoques no sólo no son incompatibles, sino que
pueden enriquecer mutuamente sus lenguajes y prácticas. La psicología
occidental aporta rigor empírico y capacidad de observación, mientras que el
yoga aporta la experiencia directa de la conciencia y la posibilidad de su
transformación.
El libro desarrolla
también una reflexión sobre el sentido del sufrimiento y de las crisis.
Mientras la psicología occidental suele ver en la crisis un problema o un
trastorno, la psicología del yoga integral lo interpreta como un momento de
transición evolutiva. La angustia, la confusión o el vacío pueden ser síntomas
de que el yo superficial está cediendo y que una conciencia más profunda está
intentando emerger. Esta visión no minimiza el dolor humano, pero lo
resignifica dentro de un proceso mayor de crecimiento.
Otro punto es la consideración de la educación como un espacio privilegiado para
aplicar la psicología del yoga integral. Chatterjee sostiene que no se trata de
transmitir meramente conocimientos, sino de acompañar a los individuos en la
exploración de su ser interior. El aprendizaje, en este marco, no es la
repetición de información, sino la autoformación de la conciencia. Por eso el
yoga integral inspira una pedagogía que va más allá de la instrucción y que
busca la transformación del estudiante.
En
definitiva, Integral Yoga Psychology es un texto para quienes
buscan comprender cómo se puede articular la tradición del yoga con la
psicología contemporánea. Es un mapa amplio y
profundo que invita a repensar la psicología como ciencia de la conciencia. Su
valor radica en mostrar que el ser humano no está condenado a repetir sus
condicionamientos, sino que puede abrirse a nuevas dimensiones de sí mismo.
Para Maitreyananda este libro confirma que la psicología, si quiere ser fiel a su objeto, no puede limitarse a
describir lo patológico ni a adaptarse a las normas sociales. Debe asumir que
el ser humano tiene un destino de expansión, que su mente y su espíritu están
llamados a una integración superior. Y que sólo desde esta visión integral
podemos comprender verdaderamente qué significa ser humano.
El sistema psicológico de Sri Aurobindo” de Indra Sen – Integral Psychology: The Psychological System of Sri Aurobindo.
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
Indra Sen fue el primer discípulo de Sri Aurobindo que intentó sistematizar en términos psicológicos lo que hasta ese momento se había comprendido principalmente como una filosofía o como una práctica espiritual. Es él quien acuña el término Integral Psychology, convirtiéndose en un puente entre el pensamiento de Sri Aurobindo y el lenguaje científico-académico de la psicología moderna. Su libro Integral Psychology: The Psychological System of Sri Aurobindo no es solo una obra introductoria sino también un intento pionero de fundar una nueva disciplina, que articula el yoga, la espiritualidad y la psicología en un mismo marco. Para Sen, la Psicología Integral debía convertirse en una ciencia de la conciencia capaz de dar cuenta no solamente de los procesos mentales ordinarios, sino también de los más elevados y espirituales.
Lo primero que
resalta en su planteo es que Sri Aurobindo ya había delineado una cartografía
completa del ser humano, distinguiendo entre el plano físico, el vital, el
mental y el supramental, así como también la presencia del ser psíquico en el
centro del individuo. Sen recoge esta visión y la traduce al lenguaje de la
psicología, insistiendo en que, si bien Freud y Jung habían avanzado en
descubrir el inconsciente y el mundo arquetípico, Sri Aurobindo llevaba la
investigación mucho más allá, hacia dimensiones supraconscientes que habían
quedado fuera del marco de la psicología occidental. De este modo, la
Psicología Integral no se limita a estudiar el inconsciente reprimido, sino que
también incluye el inconsciente cósmico y el supraconsciente espiritual,
estableciendo así un mapa completo de la conciencia humana. Sen subraya que
esta psicología no puede ser reducida a un método terapéutico en el sentido
clásico. No es simplemente un modo de sanar neurosis o conflictos de
personalidad, sino un camino para la transformación total del ser. Por eso, la
Psicología Integral no se ocupa únicamente de los síntomas, sino que busca
conducir al individuo hacia la integración de sus múltiples planos y finalmente
a la realización del ser psíquico, que en la visión aurobindoniana es la
chispa divina que habita en cada persona. En este sentido, se diferencia de la
psicología humanista o transpersonal porque no solo apunta a un crecimiento
interior, sino a un proceso evolutivo de la conciencia que trasciende lo humano
ordinario.
El
aporte de Sen consiste en mostrar que la Psicología
Integral puede dialogar con las escuelas occidentales. Reconoce el valor de
Freud en el descubrimiento del inconsciente y de Jung en la noción de
arquetipos, pero señala que ambas perspectivas quedan incompletas si no se
incluyen los planos superiores.
En
su obra, Sen analiza cómo la Psicología Integral puede
relacionarse con la fenomenología, con el existencialismo y con las corrientes
humanistas. Pero aclara que ninguna de ellas logra superar la fragmentación que
genera estudiar al ser humano solo desde la mente o desde lo social, mientras
que Aurobindo ofrece un marco verdaderamente integrador.
Un aspecto central que
Sen destaca es que la Psicología Integral no debe limitarse a la especulación
teórica, sino que se fundamenta en la práctica del Yoga Integral. Esto
significa que las categorías psicológicas no son simples construcciones
conceptuales, sino que corresponden a experiencias vividas y verificables en la
conciencia. Cada etapa del yoga —la purificación, la apertura al psíquico, el
contacto con lo supramental— constituye a la vez un experimento psicológico.
Aquí radica la originalidad del planteo: la experiencia espiritual es
considerada como un laboratorio vivo, donde la conciencia se observa, se
analiza y se transforma.
Indra Sen además
subraya la importancia de la educación integral, proponiendo que la Psicología
Integral puede orientar no solo a terapeutas o buscadores espirituales, sino
también a educadores que quieran trabajar en la formación del ser humano
completo. El modelo educativo de Aurobindo y La Madre ya había puesto en
práctica esta visión en Auroville y en el ashram de Pondicherry, donde se trabajaba
en el desarrollo armónico de los cinco aspectos del ser: físico, vital,
mental, psíquico y espiritual. Sen lo interpreta como un ejemplo concreto
de psicología aplicada, mostrando que no se trata de una teoría abstracta sino
de un sistema vivencial.
Abre un campo de investigación que hasta hoy sigue siendo
explorado: cómo crear una psicología que no niegue ni lo corporal ni lo
espiritual, que no reduzca el espíritu a una ilusión ni la mente a un mero
epifenómeno del cerebro. Sen considera que la Psicología Integral es el futuro
de la psicología, porque permite abordar tanto los problemas de la vida
ordinaria como la aspiración más alta del ser humano: su evolución hacia una
conciencia superior.
En definitiva, el
libro de Indra Sen constituye una obra pionera y fundacional, donde la
psicología se expande hasta abarcar lo trascendente, y donde el estudio de la
mente se transforma en un camino de integración espiritual. Para Maitreyananda ,
este libro es la demostración de que el psicoanálisis y la psicología
occidental han sido apenas el comienzo de un viaje más amplio: el viaje hacia
la verdadera psicología de la totalidad humana.
Marco integral aplicado (Wilber) y deporte
por Maitreyananda- Fernando Estevez Griego
Wilber propone unificar la psicología académica, la psicoterapia clínica, la filosofía, la espiritualidad y las ciencias naturales. La meta de Wilber es diseñar una psicología integral que abarque la totalidad del espectro humano, desde lo más biológico hasta lo más trascendente
La psicología integral busca reunir verdades parciales en un marco inclusivo que respete la especificidad de cada enfoque y, al mismo tiempo, los supere en una visión más amplia. Wilber sostiene que la mente humana no se limita a las operaciones del ego, sino que recorre una serie de estadios evolutivos que van desde lo prepersonal hasta lo transpersonal. En la base se encuentran los impulsos instintivos, las emociones primarias y las formas más elementales de percepción. Luego emerge el ego racional, que organiza la experiencia, construye una identidad y permite el pensamiento abstracto. Más allá del ego, sin embargo, se abre un horizonte superior: estados de conciencia que trascienden la individualidad y que han sido descritos por las tradiciones espirituales como samādhi, nirvāṇa, iluminación o unión con lo divino. Lo que las religiones habían transmitido como mística, Wilber lo presenta como etapas legítimas del desarrollo psicológico. Con ello, rompe la frontera artificial entre psicología y espiritualidad, mostrando que ambas hablan, en última instancia, de distintos niveles de la misma conciencia humana.
El modelo de los cuatro cuadrantes, es uno de los aportes más originales de Wilber. Todo fenómeno humano puede y debe analizarse desde cuatro perspectivas simultáneas: la interior individual (pensamientos, emociones, intenciones subjetivas), la exterior individual (conducta observable, cerebro, sistema nervioso), la interior colectiva (cultura, valores, creencias compartidas) y la exterior colectiva (sistemas sociales, instituciones, ecología).
Esta matriz cuadripartita evita
reduccionismos: la depresión, por ejemplo, no se explica solo por un desbalance
químico (cuadrante exterior individual), ni solo por creencias irracionales
(cuadrante interior individual), ni solo por condiciones culturales (cuadrante
interior colectivo), ni solo por factores sociales (cuadrante exterior
colectivo). Es necesario un abordaje integral que considere los cuatro niveles
al mismo tiempo. Esta propuesta representa un salto metodológico decisivo,
porque abre la puerta a una psicología que no mutila la realidad, sino que la
aborda en toda su complejidad.
Desde una perspectiva
clásica de la preparación física, la mejora de las técnicas de entrenamiento
implica revisar las teorías de base y observar los programas aplicados en
países de mayor desarrollo deportivo. De ello se desprenden varias
orientaciones. Una primera se refiere al aumento progresivo de los volúmenes
de trabajo: permite alcanzar altos niveles de rendimiento, aunque con la
desventaja de limitar el desarrollo de la fuerza y la velocidad.
Una segunda
orientación es la adaptación de los entrenamientos al objetivo planteado.
Una tercera se
fundamenta en la utilización de materiales y equipos que potencien al máximo
las reservas funcionales del organismo y favorezcan la
perfección técnica de los movimientos.
Finalmente, una
cuarta orientación radica en el perfeccionamiento de la organización del
entrenamiento, donde se integran todos los elementos anteriores.
La dirección y el
control del entrenamiento consisten en definir objetivos concretos para cada
etapa, comparando lo que el atleta puede hacer con lo que debería lograr. En
este marco, la carga de entrenamiento
se convierte en la piedra angular del proceso. Dicha carga está determinada por
su naturaleza, su magnitud y su orientación. La naturaleza distingue
entre cargas de entreno o de competición, específicas o generales. La
magnitud se mide a partir de índices externos, como el número de horas o
repeticiones, y de índices internos, como las reacciones fisiológicas del
organismo (tiempo de recuperación, fatiga, alteración de sistemas funcionales).
La orientación, por su parte, depende de la cualidad a desarrollar, del
sistema funcional implicado y de los recursos utilizados.
La fatiga es aquí un
concepto central: puede ser latente, cuando aún se mantiene la capacidad de
trabajo, aunque los sistemas funcionales estén forzados, o evidente, cuando esa
capacidad cae claramente. La recuperación posterior a la carga sigue cuatro
etapas: disminución de la capacidad, restauración, sobrecompensación y
estabilización en un nivel cercano a la inicial. La adaptación, ya sea rápida o
a largo plazo, constituye el fundamento del progreso deportivo. La dinámica de
las cargas debe alternar períodos de esfuerzo con períodos de alivio,
respetando los ritmos biológicos y evitando el sobre entrenamiento.
En este sentido, la organización
del entrenamiento se estructura en ciclos:
microciclos
de pocos días, mesociclos de semanas, períodos de varios meses y macrociclos
que abarcan hasta un año. Los principios básicos de la organización exigen la
repetición sistemática con variaciones de contenido, la ubicación de cada
elemento en el lugar adecuado de la estructura y la intervención de cada ejercicio en el momento
preciso, según su orientación especializada.
Los métodos de
entrenamiento se dividen en orales, visuales y prácticos. Los primeros incluyen
la explicación, el relato, la discusión; los segundos, la observación, el
comentario y el autocontrol del movimiento; los terceros, la práctica directa,
continua o por intervalos, uniforme o variable, general o específica. La carga de
entrenamiento se define por la naturaleza de los ejercicios, la intensidad, la
duración, la recuperación y el número de repeticiones. Los ejercicios pueden
ser de acción general, local o parcial, involucrando diferentes masas
musculares. La intensidad, medida tanto externamente como por la solicitación
de los sistemas funcionales, define qué procesos energéticos son solicitados
(aeróbicos, anaeróbicos alácticos, glucolíticos, etc.). La duración y el tipo
de reposo (activo o pasivo) modifican sustancialmente el efecto del ejercicio.
Pero más allá de lo técnico y lo fisiológico, lo decisivo sigue siendo la preparación mental, sentimental y espiritual. La estrategia y la táctica, la motivación, la inteligencia emocional y la inteligencia sentimental constituyen la base de la victoria. El competidor debe integrar sus motivaciones personales con las competitivas, organizar esquemas estratégicos comprensibles y aplicar sus capacidades de adaptación frente al adversario. La preparación espiritual — entendida como el desarrollo de la inteligencia emocional, sentimental y afectiva— es indispensable para regular las emociones en el presente y transformarlas en sentimientos positivos que fortalezcan la conducta. Estas capacidades no surgen espontáneamente, sino que pueden entrenarse mediante técnicas cognitivas, psicocorporales y espirituales, elaboradas desde la PsicosomatoNoología Deportiva.
En definitiva, no hay preparación física plena sin preparación mental, sentimental y espiritual. La Psicosomato Noología Deportiva, que Maitreyananda-Fernando Estevez Griego propuso y enseño en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo en 1993, es precisamente el camino integrador, donde cuerpo, mente y espíritu se entrenan de manera conjunta, permitiendo que el atleta afronte la competencia no solo como un desafío físico, sino como una experiencia total de autorrealización y de superación en todos los planos de su existencia. Como cierre de este ensayo, se concluye mediante la expresión de Dharmachari Maitreyananda-Fernando Estevez Griego, que “no hay salud plena sin armonía espiritual”.
Fuentes
extraídas de:
Libro: Psicología del Yoga
y Yogaterapia
Autor: © Fernando Estevez
Griego. (Maitreyananda)
Fernando Estevez Griego,
2025
Libro Digital, PDF
La Yogaterapia como Terapia Psico-Somato-Noológica:
Una vía espiritual del ser
triplánico**
Por Maitreyananda -Fernando estevez Griego
ensayo elaborado a partir
de su modelo original de Yogaterapia)
Yoga Sutras de Maitreyananda- Fernando estevez Griego
SUSTHITI YOGA- Wellness Yoga
Autor: © Fernando Estevez
Griego. (Maitreyananda)